domingo, 12 de enero de 2014

[Novela Ligera] Hidden Bullet: Mukuro´s Illusions

¡Hola, chicos! El día de hoy les traigo algo que creo que a varios les interesará: he traducido unos capítulos de la novela ligera escrita por Koyasu Hideaki y dibujada por Akira Amano, llamada "Mukuro´s Illusions". Es el último y principal capítulo del primer volumen las novelas ligeras "Hidden Bullet".




Prólogo
Ése lugar era una zona de guerra.
Claro, un estudiante de preparatoria normal de Japón no sabría qué es una verdadera zona de guerra. Aún así, no hay otra palabra para describir lo que se ocultaba en sus ojos.“¡Splash!”
Sangre salpicada.
Carne cortada en pedazos.
-  …
Los gritos de hombres resonando..
Ése espantoso lugar no era más que una escena de una zona del infierno.
El rumbo de la batalla ya estaba decidido. Ya no había nadie quien pudiera mantener esa lucha por más tiempo.
-  ¡Allá voy, pyon~!
El chico, cuya lengua traía colgando, atacó a uno de los chicos, con esa tonta voz suya.
-  ¡Swiishhhh! ¡Wohoooo~~~!
El chico corrió, brincando, y golpeando. Esos pandilleros que se suponía peleaban salvajemente dentro de esa escuela sangrienta, ahora ya no estaban disponibles para volverlo a hacer.
Y había otro..
Un chico de lentes, con ojos fríos, apareció como si no estuviera ni el mínimo interés sobre el mundo.
-  No me hagas sudar de más.
“¡Swish!” “¡Squirt!”
Al momento en que el sonido del viento se escuchó, como si fuera magia, los pandilleros que lo rodeaban, cayeron. En pocas palabras, se podría decir que el chico de lentes balanceaba algo desde su mano. Aún así, no se podía decir qué clase de objeto era. La forma que en aniquiló a sus oponentes, silenciosamente, le daba a él un aire distinto en comparación al otro chico.
-  Ah…ahhh…
El estremecimiento que corría a través de su cuerpo no se detenía.
La visión y fuerza de ambos chicos fue suficiente para golpear a 50 pandilleros en Kokuyo Healthy Land.
-  Esto…esto…
Apretó fuertemente su puño.
-  -¡Detente! ¡Ya detente! ¿Cuál es el punto de esto?
Su llanto no inmutó a los dos chicos, continuando atacando a los pandilleros.
-  ¡La violencia es lo peor! Especialmente cuando termina de esta forma… ¡Hey, escúchenme! ¡Hey!
No había ningún significado detrás de esos gritos desesperados.
Mientras eso ocurría, el número de víctimas por la violencia, simplemente, aumentaba.
-  Ugh…
Él corrió.
En dirección a un hombre que estaba sentado en la parte trasera del vestíbulo, con sus brazos entrecruzados y observando silenciosamente.
-  ¡Rokudou Mukuro!
El hombre le dio un vistazo, dirigiendo su mirada, de nuevo, a la batalla, como si hubiera perdido el interés en el chico.
-  ¡Escúchame, Rokudou! ¡Detén a Jyoushima Ken y a Kakimoto Chikusa ahora! ¡Tú eres su líder, ¿cierto?!
-  …
-  ¡Di algo! ¡Es cierto que quien inició la pelea fue Yaginuma! ¡Pero, ésa no es una razón para llevar todo esto más lejos! ¡No puedes vencer la violencia con violencia!
-  …
-  ¡Rokudou! Si no le dices a tus chicos que se detenga, yo…
-  ¿Qué harás?
El hombre detrás de él abrió su boca por primera vez. Su voz estaba llena de dignidad.
El miedo lo invadió una vez más.
Sólo una palabra decía todo. Rokudou Mukuro. Él era una persona que había atravesado inimaginables montañas de sangre y violencia.
-  Yo…yo…
¿Qué se suponía que haría?
Él no podía, simplemente, ignorar la violencia que lo rodeaba.
Pero, ¿qué haría para deternerlo?
Él estaba indefenso.
-  ¿Por qué… tú…?
Dentro de su mente, temblando agitadamente, él recordó sus memorias de él mismo, antes de que conociera a esos chicos.
Ahí estaba, un chico apasionado, inocente y lleno de esperanza.
Ahí estaba, pensando en que él podría hacer las cosas bien su dirigía su fuerza a la dirección correcta.
Hasta que vio la escena de esa increíble realidad ante sus ojos.
Capítulo 1
Hay un término llamado “la teoría de la ventana de cristal rota”.
Cuando una simple ventana de cristal rota es dejada de lado, sola, se dice que invita a que problemas sucedan después de ello y, en conclusión, llevará a la persona implicada, y a sus seres cercanos, a sufrir daños severos.
Sin embargo, cuando tú volteas esa teoría, también puedes decir, que cuidándote de los más pequeños crímenes, es posible el prevenir las creaciones de crímenes mayores.
Hitsuji Masato no olvidará su impresión cuando aprendió acerca de esa teoría.
Por eso es que él pudo seguir adelante sin darse por vencido.
El trabajo como el presidente del Consejo Estudiantil de la Secundaria Kokuyo.
-  Lo siento, presidente. – jadeando –La reunión en la sala estudiantil se extendió…
-  Está bien, Kabane-kun. Justo acabo de llegar.
Masato saludó al vicepresidente, Kabane, quien había entrado a la Sala del Consejo con una cálida sonrisa.
-  Pero, sólo porque estés apurado, no es bueno el correr en el pasillo. Nosotros somos quienes debemos  prevenir a otros acerca de romper pequeñas reglas como esa.
-  ¡Oh! Lo-lo siento…
-  También, tu cabello. Se parece a la cabecera de tu cama.
-  No es como la cabecera de mi cama, es mi estilo de cabello… espera, ¡eso no tiene nada que ver con romper las reglas!
-  Hahaha… lo siento, lo siento.
Masato rió cuando Kabane apretó sus labios.
-  Bueno, vámonos.
Secundaria Kokuyo.
Se le conocía como a una mala escuela donde los rumores negativos entre los vecinos nunca paraban.
Eso estaba claro, incluso viendo la estructura de la escuela; basura en todos los pasillos, graffitis en las paredes, ventanas rotas en que ni las fundas para intentar repararlas no prevenían daños a corto plazo.
Además, la mayoría de los estudiantes y maestros que eran testigos de tal aspecto, no hacían nada para cambiar la situación.
Excepto por una persona; el presidente del Consejo Estudiantil, Masato.
-  Esto no será fácil – suspirando.
-  Sí. Pero, vamos a esforzarnos.
-  Eso sería mucho mejor su más personas ayudaran.
-  …
Los ojos de Masato oscilaban llenos de soledad.
Los dos estaban trabajando duro intentando borrar los graffitis de la parte trasera de la escuela.
Con el afán de restaurar el ambiente de la Secundaria Kokuyo, Masato puso todo su esfuerzo para convertirse en el presidente del Consejo Estudiantil. Primero, sus amigos en el Consejo Estudiantil es estuvieron de acuerdo en las ideas de Masato y lo ayudaron.
El trabajo de Masato no tuvo éxito y sus amigos lo dejaron uno por uno y antes de que medio año pasara, ya nadie quedaba.
Pero Masato no se dio por vencido y continuó trabajando duro. Creía que cada pequeño esfuerzo hecho todos los días cambiaría a su amada escuela.
-  ¿Presidente?
Kabane le habló, deteniendo repentinamente a Masato.
-  Lo-lo siento. Creo que he dicho algo innecesario.
-  No, no te preocupes. Apurémonos y borremos esto.
Masato formó una sonrisa mientras se concentraba en borrar el graffiti.
Kabane observó a Masato.
-  Esto… presidente…
-  ¿Qué?
-  Yo… Yo quiero preguntarle algo desde hace tiempo.
Él parecía estar débil, pero continuó hablando.
-  ¿Cómo puedes continuar haciendo esta clase de cosas?
-  ¿Eh…?
-  Oh, Lo siento, me expresé mal. Pero, no entiendo cómo es que puedes ser tan fuerte.
-  ¿Fuerte?... No soy nada de eso. Solía practicar karate cuando iba en la primaria, pero eso no es nada de lo que yo pueda estar orgulloso…
-  ¡No es sobre eso!
Kabane miró directamente los ojos de Masato.
-  Si hubiera sido yo, ya me habría dado por vencido. Como puedes ver, los graffitis no han disminuido y parece que como si las personas que cometen el crimen no sintieran ninguna culpa… Siempre me pregunto si eso no es duro para ti.
Masato sonrió débilmente ante la mirada del vicepresidente, quien estaba molesto como si esos fueran sus problemas personales.
Cada vez que veía a Kabane, él estaba disponible para ayudar. Él sentía cómo en su corazón esos momentos difíciles se transformaban y  le provocaba alivio.
Eso, probablemente, se debía a amabilidad.
-  Tú sabes…
Cuando Kabane se dio cuenta, Masato ya había comenzado a hablar.
-  ¿Puedes escuchar mi historia?
-  ¿…Eh?
-  Había un chico mayor que yo, en mi vecindario, al que solía llamarle Ta-kun.
-  Um…
Kabane parecía que quería interrumpir y cambiar el tema, pero Masato continuó hablando.
-  Ta-kun era muy amable y listo. Él era líder de todos los niños del vecindario. Cuando creció, entró a esta secundaria y se volvió el presidente del Consejo Estudiantil. Fue hace no mucho, creo.
-  Presidente…
Kabane miró con simpatía a Masato.
El actual Kokuyo estaba lejos del mundo ideal del que hablaba Masato. ¿Qué tan devastado podría estar Masato cuando entró apasionadamente a la Secundaria Kokuyo?
-  ¡Vamos a trabajar duro, presidente!
Inesperadamente, Kabane gritó mientras fregaba el graffiti en la pared.
-  ¿Kabane-kun?
-  Entiendo cómo te sientes, presidente. Desde que yo…
Sus mejillas se sonrojaron como si estuviera avergonzado.
-  Yo… te admiro.
Diciendo esas palabras con voz débil, intentó esconder la vergüenza por estar fregando la pared con mucha fuerza.
Viéndolo sorprendido por un momento, Masato sonrió desde el fondo de su corazón.
-  Gracias.
Entonces, él continuó borrando el graffiti.
El día terminó, nuevamente, con otro paso de esfuerzo. Para recibir un mejor mañana. Por eso es que Masato creía.
Aún así…
-  ¡Hey, Hitsuji!
La expresión de Masato se nubló al notar la actitud fastidiosa del grupo de amigos que lo seguían.
-  Yaginuma…
-  ¿Estás haciendo esto de nuevo, tú solo? Qué chico tan aburrido eres.
-  ¿Hay algo que quieras de mí?
-  No hay nada que quiera de ti. Más que…
Eso fue un encuentro inesperado. El hombre llamado Yaginuma le dio una patada, sin vacilar, en el estómago.
-  ¡Ughh!
-  Viendo personas como tú superándome. Te ves como si fueras el único que hace cosas buenas… ¡No intentes ser un chico bueno con cosas que no tienen sentido!
-  ¡No son cosas… sin sentido…!
-  ¡Cállate!
Otro golpe al estómago de Masato, quien estaba en el suelo, retorciéndose.
-  ¡Vamos! ¡Si estás enojado conmigo, ven contra mí!
-  Yo no uso violencia… nunca…
-  ¡Tú, insecto!
Después de la última fuerte patada, Yaginuma miró disgustado a Masato.
-  ¡Demonios! Pensé que tendría una pelea, no pienso perder mi tiempo en esto. Está bien, vámonos.
Yaginuma ordenó a los otros chicos detrás de él que se fueran, dándole la espalda a Masato.
-  Espera… Yaginuma…
-  ¿Huh?
-  Acabas de decir… una pelea…
-  Sí. Voy a golpear a los malcriados chicos nuevos. No sé cómo les iba en sus escuelas anteriores, pero les enseñaré que yo soy el jefe de Kokuyo.
Diciendo eso, Yaginuma golpeó su puño en su palma.
Jyoshima Ken.
Kakimoto Chikusa.
Y Rokudo Mukuro.
Masato escuchó de los nuevos estudiantes que habían llegado a Kokuyo hace tres días. Normalmente, a él no le importaba mucho, pero si había tres nuevos estudiantes, eso ya era diferente. No es como si ellos tuvieran lazos de sangre. Los rumores decían que ellos estuvieron en problemas graves en sus escuelas previas y los expulsaron, por eso los habían enviado a la Secundaria Kokuyo, donde podrían estar más a gusto con tanto pandillero.
Escuchando eso, el líder de los pandilleros, Yaginuma, probablemente haría algo.
-  De acuerdo a los rumores, parece que ellos son chicos muy malos pero, somos más. No importa qué tan fuertes puedan ser, ellos no nos ganarán si sólo son tres.
-  ¡Detente, Yaginuma! ¿Cuál es la razón por la que harás eso?
-  ¿Razón? No digas esas cosas difíciles. Si eres hombre, ¿no quieres decidir quién es el más fuerte?
-  ¡No hay razón para hacer eso! ¡Hay mucha gente afuera que vive pacíficamente y que odian la violencia! Pero, ustedes, chicos…
-  ¡Cállate! Si continúas balbuceando cosas sin sentido como esas, en serio te mataré.
Viendo a Masato con ojos brillantes, Yaginuma y sus amigos dejaron el área.
-  ¿E-Estás bien, presidente...?
Después de que Yaginuma desapareciera, Kabane se acercó a Masato.
-  Lo-lo siento… incluso cuando estabas en ese estado… me asusté… no podría haber hecho nada…
-  … Necesitamos detenerlos.
-  ¿Eh?
-  ¡Vamos a detener a Yaginuma! ¡No podemos permitir que peleen!
Capítulo 2
-  ¡Sé cuidadoso ahí! ¡Hay un hoyo!
-  Uh, bien… ¡wah!
-  ¡Kabane-kun!
-  E-Estoy bien…
Masato suspiró aliviado.
Los dos estaban corriendo a través de la demolida área, formalmente llamada Centro Kokuyo, que había tenido múltiples zonas de entretenimiento. Ése era un lugar donde los delincuentes de la Secundaria Kokuyo cometían sus crímenes.
-  Kabane-kun, deberías irte a casa. Si algo te pasara…
-  ¡No me iré a casa!
A pesar de que su cuerpo temblaba, Kabane habló claramente.
-  Presidente, estás lastimado, y si algo como lo de antes pasara de nuevo… ¡No me quedaré sólo parado!
-  Kabane-kun…
Su amabilidad lo hacía feliz. Aunque, Masato sabía qué peligroso era ese lugar. Las personas que cometían cosas malas en lugares públicos, como en la escuela, podían perder el control en un lugar que no estuviera vigilado.
Masato lo aprendió físicamente en el pasado.
-  Pero, no es esa clase de imprudencia… y tú no eres así. Pienso que para resolver los grandes problemas se necesita empezar con los pequeños y reflexionar qué tipo de método…
-  No puedo sólo dejarlo pasar cuando sé que ellos van a pelear. Es peor fingir no ver lo que está pasando.
-  Presidente…
Unos ojos llenos de miedo y preocupación miraron a Masato.
Ellos continuaron caminando en el patio, buscando un letrero que dijera: “Kokuyo Healthy Land”.
Masato se petrificó al escuchar el eco de un grito que venía del edificio.
-  Espera aquí. Entraré solo.
-  ¡Pero! Yo…Yo… vamos juntos…
-  ¡Quédate aquí!
Tras hablarle fuerte a Kabane, Masato entró al edificio.
Mientras más subía las escaleras, los gritos se escuchaban más fuertes. Su sexto sentido lo alarmó, pero Masato lo ignoró y siguió corriendo.
Y…
Masato era testigo del infierno frente a sus ojos.
-  …
-  ¿Qué harás?
A la pregunta de Mukuro, Masato no pudo responder.
Lo que él había escuchado detrás de él eran ruidos de violencia. Jyoushima Ken y Kakimoto Chikusa no aparecieron a detenerlo.
-  Ugh…
Tenía que hacer algo…
No había duda de que Yaginuma inició la pelea, y él era el único culpable.
Pero, esa no era una razón para hacer algo como eso.
-  … por favor.
Masato se arrodilló ante Mukuro.
-  Por favor, detén esto…
-  ¿Por qué haces esto por otros?
-  Ellos no son sólo “otros”. Son amigos de la misma escuela. Por eso…
-  ¿En verdad crees eso? Si en verdad piensas de esa forma, ¿por qué no peleas para proteger a tus amigos?
Las palabras de Mukuro impactaron a Masato.
-  ¡Gah!
Tras el grito que escuchó atrás de él, Masato se dio la vuelta.
-  ¡Yaginuma!
Yaginuma, con sangre cubriendo su cabeza, estaba tirado en el concreto. Mirándolo hacia abajo con ojos fríos, estaba el chico de los lentes, Kakimoto Chikusa.
-  U…ugh… por favor… detente…
Yaginuma, el líder de los pandilleros y un habilidoso peleador de un dojo de karate al que Masato solía ir.   Como si todo sobre él fuera falso, empezó a llorar y a rogar por piedad.
-  …
El pulso de Masato se aceleró.
Los chicos que eran incapaces de mantener el control mediante palabras… pero, con violencia ellos pedían piedad.
-  ¿Qué harás?
Kakimoto preguntó ante el estupefacto Masato.
-  Quiero terminar esto rápido. Si no harás nada, vete a casa.
Las palabras estaban estancadas en la garganta de Masato. Todos los pandilleros habíando sido silenciados hasta ese punto. Eso no significaba, no, había más de una razón para no dejar a Mukuro y a los otros irse.
-  Hey~, mira esto, Kaki-P.
Atrás de él, el eco de una alegre voz resonó.
-  ¡Ah!
El chico con su lengua de fuera… Jyoushima Ken tenía amarrado a Kabane.
Masato quedó en shock tras ver aquello.
-  ¡Kabane-kun! ¿Por qué?
-  Lo-lo siento… pero estaba muy preocupado…
-  Él estaba escondido tras  una columna. Heh heh ¿Qué debería hacer con él~?
Viendo Jyoushima que Kabane temblaba, lamió sus labios como si fuera un gato a punto de torturar a un ratón.
-  ¡Detente! ¡Por favor, déjalo ir! ¡Él no tiene nada que ver con esto!
-  No quiero. ¿Por qué habría de escucharte? El único que puede mandarme es…
Los ojos de Joyushima expresaron seriedad.
-  Sólo Mukuro-san.
Apretando su alma, Masato volteó.
A pesar de su apariencia simplona, Mukuro emitía una esencia bestial, como si estuviera sediento de sangre. Tenía un aura inhumana que sólo tienen aquellos que han matado a gran cantidad de personas en batalla.
Masato estaba completamente acorralado.
No tenía posibilidad alguna de que Mukuro y sus secuaces lo escucharan. Para ellos, Masato nunca debió haber hablado.
-  Yo…
¿Qué iba a hacer él?
¿Qué podría hacer para detener lo que viniera?
-  Yo… Yo…
-  Hey, Kaki-P~, ¿está bien si juego con él?
-  No me preguntes. Haz lo que quieras, Ken.
-  ¡Qué…!
Jyoushima abrió su boca. Sus largos colmillos, como de animal, se acercaron a Kabane.
-  ¡Itadakimasu~!
El asustado Akabane miraba en busca de Masato.
Y
-  ¡Detente!
Masato corría.
Antes de que pensara, su cuerpo ya se estaba moviendo.
-  ¿Qué?
Jyoushima miró a Masato, confundido.
Masato reunió sus fuerzas y lo agarró, deteniéndolo.
-  ¡Huff!
Masato forzó su brazo derecho a su espalda, debajo de su cintura. Golpeando con ambos puños su estómago y cintura.
Karate; él había sido obligado a aprenderlo por su padre, y era una de las razones de que Masato odiara la violencia… aún así, su cuerpo aún recordaba las técnicas.
-  ¡Haaaaaaah! ¡Kyan!
Jyoushima soltó a Kabane, cayendo de espaldas.
Masato se quedó parado ahí.
Ante sus ojos estaba Jyoushima retorciéndose de dolor.
-  …
Si.
Un hombre al que ni Yaginuma y los otros no podrían derrotar.
Con mi… propio puño.
-  Presidente…
Miraba a Masato, como si acabara de despertar de un sueño.
Cuando se dio cuenta, Kabane lo miraba con preocupación. Rápidamente lo tomó de la mano y empezaron a correr.
-  U-um, Presi… ¡wah!
Sin tener tiempo para lidiar con la confusión de Kabane.
Masato huyó del nido de la violencia tan rápido como pudo.
-  No-no puedo… más.
Exhausto, Kabane cayó al suelo.
Lejos de la vieja carretera donde se encontraba el Centro Kokuyo, buscaban la nueva carretera. Ahí había más autos y personas, también. Ellos estarían a salvo ahí.
-  Gra…Muchas gracias, presidente.
Aún sin aliento, Kabane se inclinó hacia Masato.
-  ¡Presidente, eres genial! Salvándome de esas fuertes personas…
-  ¡No digas eso! Sólo, olvida… lo que pasó ahí… olvida todo…
Sus desanimados ojos tenían la huella de su puño. El puño que había golpeado a Jyoushima.
-  ¡Ow! Sé un poco más gentil, Kaki-P~.
-  Si no quieres, no puedo hacer más por ti.
-  Ah, está bien. Sólo apúrate.
-  Casi termino.
-  Oh. Gracias.
Jyoushima lamió sus labios con sus ojos brillando belicosamente. Tenía una gasa en su mejilla, que le había puesto Kakimoto.
-  Hey~… ¿Puedo matarlo?
-  No puedes.
-  ¿Ni un poco?
-  No.
-  ¿Qué tal de un pedazo diminuto?
-  No.
-  ¿Ni un pequeñito pedacito diminuto?
-  No.
-  ¡Hey! No, no, no, no. ¿Qué eres tú, un chico de lentes no-no?
-  …¿Qué es un chico de lentes no-no?
-  Eso…
-  No necesitas decirlo. Mucho para ti.
-  ¡Gahh! ¡Tengo que mear! ¡En verdad tengo que mear! ¡No puedo detenerlo más! ¡Festival de sangre, festival de Sangre!
-  ¿Vas a desobedecer a Mukuro-sama?
Esa frase detuvo la emoción de Jyoushima.
-  N-no… No hay manera en que lo desobedezca. Más que nada, no lo entiendo. ¿Por qué se molesta en molestar a cualquiera?
-  Porque es divertido.
La voz provenía desde las escaleras. Jyoushima y Kakimoto se voltearon.
-  Quisiera disfrutar un poco más de este mundo. Y más desde que ahora estamos libres de ir a donde queramos.
-  …
Las expresiones de ambos se nublaron.
Hace unos pocos días habían escapado de una prisión en Italia. Desde que huyeron hacia Japón, nada les garantizaba que el esconderse los salvaría de sus perseguidores.
Ellos no se mentían a sí mismos.
Así como esa persona.
-  No se preocupen. Seguiré avanzando con nuestros verdaderos planes.
-  Pero…
-  La primera puerta está abierta. Desde aquí. Quiero ver más.
-  ¿Quiere ver?
-  Sí.
El kanji de 6 apareció misteriosamente en su ojo derecho.
-  Ver… gente.
Capítulo 3
La primera vez que Masato golpeó a alguien fue cuando estaba en tercer grado.
Masato era físicamente débil, por lo que su padre lo metió a sus clases de karate. Aunque dentro de las reglas se evitaba dañar más de lo necesario, un día, Masato golpeó con su puño a la cara de su compañero de prácticas.
Masato nunca olvidaría el sentimiento de esa vez.
El sentimiento de la sangre fresca y los huesos duros rompiéndose ante su puño.  Así como él… el sentimiento de golpear un ser vivo con sangre cálida derramándose por su cuerpo..
-  Um…
Masato se recuperó y volteó, sintiendo la presencia de Kabane al entrar en la sala del Consejo Estudiantil.
-  U-um… hola…
-  Uh, sí…
La actitud de Kabane no era la de siempre. Lo mismo se podría decir de Masato.
Como Kabane no  podía soportar el silencio incómodo, habló.
-  Lo estás haciendo hoy otra vez, ¿cierto?  Borrar los graffitis de las paredes de la escuela…
-  …
-  Oh, ¿o vamos a reparar las ventanas? ¿O a plantar flores en el jardín?  ¿O desde que la basura aumentó últimamente, vamos a…?
-  …
-  Ho-Hoy es un día muy tranquilo, ¿no?  Parece que mucha gente está ausente. Creo que se debe a lo que pasó ayer…
La expresión de Masato cambió.
-  Ah…
Kabane, rápidamente, cubrió su boca con su mano, pero ya era tarde.
-  Kabane-kun.
-  ¡S-Sí!
-  ¿Le contaste a alguien… sobre lo de ayer?
-  ¡N-No! ¡No le he contado a nadie!
-  Oh…
Masato murmuró, como si estuviera cansado.
Kabane lo observó preocupado.
Mirando esos ojos llenos de emociones desordenadas de Masato.
El hecho es que Kabane siempre había sido el aliado moral de Masato, y eso calentaba su corazón.
De cualquier forma, él tenía que olvidar lo que había pasado el día anterior.
Eso fue un accidente.
Él nunca volvería a usar la violencia.
El mejor camino era ser firme, pacífico, si quería cambiar la condición de su escuela.
-  Sí… no hay otro camino… desde ahora, continuaré…
-  Hey, Hitsuji.
Fue en ese momento.
Alguien, repentinamente, entró a la oficina del Consejo Estudiantil.
-  ¿Qué tanto murmuras para ti mismo, huh?
-  Yaginuma…
Con vendajes alrededor de su cabeza y su cara hinchada, Yaginuma intentaba parecer rudo con sus manos metidas en sus bolsillos.
-  Ven. Hay algo que quiero decirte.
El techo era como la parte trasera de la escuela, y era ahí donde los pandilleros ejecutaban sus actos delictivos.
Aún así, ahora, entre Masato y Yaginuma fluía una brisa de empatía.
-  He decidido seguir a Mukuro-sana.
Ante las palabras de Yaginuma, el cuerpo de Masato se estremeció.
-  … en serio estás diciendo eso?
-  ¡No puedo hacer otra cosa!
Gritando, Yaginuma se retorció del dolor proveniente de sus heridas. Sus ojos se llenaron de ira y remordimientos.
-  ¡Fue en un instante! ¡Habían cincuenta de nosotros y fue en un instante! ¡Él no está en ese nivel de fuerza! Si no lo seguimos… nosotros, en serio, seremos destrozados…
Una emoción abrumadora invadió a Yaginuma.
El nombre de la emoción… miedo..
-  ¿Por qué me dices esto?
-  Un consejo. No enfrentes a Mukuro-san. Nos conocemos hace mucho, e ignoré tus acciones durante mucho tiempo. Pero, Mukuro no lo hace.
Yaginuma puso sus manos sobre los hombros de Masato, mirándolo directamente a los ojos.
-  Cállate y mantén la calma. Así, ninguno de ustedes podrá ser derrotado.
-  …
-  ¡Hitsuji!
-  … No puedo.
Masato murmuró débilmente.
-  Si renuncio, entonces, ¿quién podría hacer de esta escuela un mejor lugar? ¡¿Cuál sería el significado de todo lo que he hecho?!
-  ¡Abre tus ojos!
Yaginuma agarró violentamente a Masato, cacheteándolo una y otra vez, contra la valla.
-  ¡No hay significado detrás de lo que has hecho desde un inicio! Cuando comenzaste a hacerlo, ¿alguien te siguió? ¿Eras capaz de cambiar algo?
-  Ugh…
-  ¡Este es un lugar como ése! ¡No, todo es como eso! ¡El fuerte siempre es quien hace lo que quiere! ¡No hay sentido de hacer pequeños actos secretos como ése!
-  ¡Yo no me detendré… nunca…!
-  ¡Ya renuncia! O, ¿qué? ¡¿estás diciendo que eres más fuerte que Mukuro?!
La escena atroz del día anterior reapareció en su mente.
El área llena del olor de la sangre derramada..
A Jyoushima… él…
-  ¡No!
Masato soltó un grito mientras recordaba el puño.
Viendo en ese estado a Masato, Yaginuma resopló con desprecio.
-  ¿Ves? Incluso tú lo sabes. No hay nada que se pueda hacer.
-  No… Yo…
-  ¡Estás lleno de nada, excepto palabras! No puedes cambiar nada incluso si lo intentas. ¡Eres un cobarde que no es nada, excepto palabras!
-  No… no…
Masato empezó a temblar como si se fuera caer de rodillas.
Eso era miedo. Pero, no era por Mukuro o Yaginuma.
El miedo de su sueño denegado por sí mismo.
Además, el miedo de despertar a la “bestia” dentro de él.
-  Haz lo que quieras. Sólo sé el chico bueno por siempre. ¡Hasta que a nadie le importes!
Las burlas sin piedad de Yaginuma continuaron.
-  Eras diferente antes. Teníamos el mismo nivel en karate y te mantenías arriba de todos. ¿Qué pasó con eso ahora? Eres un insecto. No, eres peor que eso…
-  ¡Detente!
Un llanto de dolor desgarró el aire.
-  No me mires así… no… me mires con esos ojos…
Masato se tambaleó.
Él no podía detenerlo más..
Sacudiendo su cuerpo con emociones violentas, Masato miró con furia a Yaginuma.
-  ¡No quiero ser sermoneado por ti! ¡Alguien como tú, que chilla como niño después de ser golpeado por uno de los secuaces de Mukuro!
-  ¡Tú!
Yaginuma estaba furioso en ese momento.
Lanzó un puñetazo a Masato con su mano vendada.
-  ¡Waaaahhhh!
Fue instantáneo.
El brazo derecho de Masato esquivó el puño de Yaginuma, y con un gancho derecho lo tiró.
Lo tenía.
Veía fijamente al rostro de Yaginuma.
-  ¡Uwooooooh!
Yaginuma cayó en el piso con su espalda boca abajo. Masato continuaba golpeando su cara.
-  ¡Wahhh!¡WAHHH!
Una y otra vez..
Con gritos estruendosos, lágrimas saliendo de sus ojos..
Una y otra vez..
Masato… continuó golpeándolo.
En el área desértica, el sonido de unos pasos hacía eco desde las escaleras hasta el cuarto principal.
Atestiguando la atrocidad del evento que había continuado en el cuarto, estaba un hombre cuya expresión de dolor se gravaba en su rostro. Como si intentara ocultarlo, vestía su gabardina de la escuela, viéndolo por debajo de sus ojos.
-  Es una vista extraña. Tú viniendo de la escuela.
La voz detrás de él carraspeó, y se dio la vuelta.
-  Desde cuando…
-  Te aviso que estabas ahí. Pero, no es bueno ser tan observador sobre ello.
-  Ugh…
Apretando sus dientes con frustración, miró al chico, quien tenía una ligera sonrisa.
-  Tú. ¿Qué planeas hacer en esta escuela?
-  ¿Qué haré? Como estudiante se supone que vaya a la escuela. Soy un excelente estudiante. Nunca he faltado desde que entré a la escuela.
-  ¡Deja de bromear! ¿Qué pretendes diciendo mentiras como esa…?
-  ¿Por qué estás tan molesto?
Palabras tranquilas. Aunque, con exactitud, habían rasgado su corazón.
-  ¿Te ves peleando contra ese chico? ¿Es por eso que viniste aquí para ver qué había pasado?
-  …
-  Es cierto, ¿no es así… senpai?
Senpai. Esa palabra la susurró dulcemente, como si un diablo le hablara al oído.
-  Ugh… ughhh…
-  Oh, por favor, no sufras. No lo quería decir así. Pero, por favor, no vuelvas a interrumpir mi juego. Bueno, no es como si pudieras.
Del rostro amable del chico, una oscura sombra lo cubrió por un momento.
-  Eres mi esclavo, Lancia.
La voz del chico era cálida, aunque al mismo tiempo, tenía una oscuridad desconocida, que temblaba en sus oídos.
Capítulo 4
Pocas semanas pasaron.
Ese día después de la escuela, la parte trasera de la Preparatoria Kokuyo estaba muy animada.
-  Presidente, ¿dónde  está la bolsa la bolsa de basura no combustible?
-  Oh, Ushikubo-kun ya la tiene.
-  Presidente, ¿hay otra cosa que pueda hacer?
-  ¿Eh? ¿Ya terminaste de limpiar allá? Eso es de ayuda, Baba-san.
Los estudiantes trabajaron duro para limpiar con escobas y tenían las bolsas de basura en las manos. En medio de todo eso estaba Masato, quien trabajaba con una sonrisa.
Fue el mayor día de limpieza; todos los miembros del Consejo Estudiantil trabajaban. Así, con más gente ayudando, el tiempo de limpieza disminuyó bastante.
-  Phew… bueno, vamos a llamar para que se lleven la basura.
-  ¡Sí!
-  ¡Chicos, gracias por su trabajo!
Debajo del brillante sol, la voz refrescante de Masato resonó.
-  Con permiso.
La puerta del cuarto, llena de los rayos del sol poniente, se abrió y Masato entró.  Su profesor lo saludó con una sonrisa.
-  Oh, estás aquí, Hitsuji-kun.
-  Lo siento mucho. Me tardé por las actividades de limpieza.
-  No, no, está bien. En verdad aprecio sus esfuerzos. Es más, yo me he tardado en darte las gracias.
El profesor miró hacia los rayos de sol, entrecerrando los ojos.
-  Honestamente, nunca pensé que tus esfuerzos tuvieran frutos. La escuela está cambiando drásticamente… Nunca pensé que fuera posible.
El profesor habló nostálgicamente, palabras que llegaron hasta al corazón de Masato.
Sí, él había salido de ello exitosamente.
Dirigió la violencia y las malas cosas de la escuela y creó una escuela en que todos podían ir con una sonrisa.
Fue capaz de hacer realidad su sueño.
-  Oh, lo siento. He estado hablando demasiado. En realidad, quería darte unas noticias sobre la escuela que quiere reclutarte.
-  ¿Eh?...
La escuela  que el maestro había mencionado era una famosa universidad a la que Masato deseaba entrar.
-  Pero, alguien como yo…
-  ¿Qué estás diciendo? ¡Es porque eres tú!
El maestro tomó fuertemente a Masato por los hombros.
-  Tú cambiaste el desastre en que estaba la escuela. Creo que esa habilidad te hará merecedor. Eso es lo que creen en la facultad.
-  Maestro…
-  Aceptarás, ¿cierto? Hitsuji-kun.
Él veía con ojos expectativos a Masato, cuyos ojos estaban llenos de honor.
Tan brillantes.
Ésa debió ser la primera vez que él sintió que sus pasos eran tan brillantes en el pasillo.
Oía las voces de los estudiantes, trabajando duro, que se habían quedado para las actividades después de clases, ahí en el patio de la escuela. Una escena normal de una preparatoria normal. Como sea, ellos tenían que atravesar caminos difíciles para mantenerse así.
Los graffitis que continuamente reaparecían, él los había borrado para siempre.
Ya no había ventanas rotas.
Además, los delincuentes que constantemente causaban problemas ahora ya no se les encontraban.
Ése era su ideal..
Éste era una apropiada escuela.
-  Kufu… fufufu…
Una risa escapó de sus labios sin que pudiera detenerse.
Luego, entró a la oficina del Consejo Estudiantil, donde él dejó sus bolsas.
-  … ah.
Se dio cuenta de que alguien había estado antes que él, interrumpiendo su risa. Después de toser suavemente, él le habló al otro.
-  Hace tiempo que no te veía, Kabane-kun.
-  Sí… hace tiempo que no nos vemos…
Kabane respondió con una débil sonrisa.
-  ¿Qué pasa? Hace un tiempo que no venías a la oficina del Consejo Estudiantil. ¿Estabas ocupado con algo?
-  No… no realmente…
-  Entonces, ¿por qué? Me he sentido muy solo sin ti. Oh, sí, todos los que solían estar en el Consejo Estudiantil regresaron. Ahora, ya no serás el único que haga el trabajo duro. Eso es porque…
-  ¡U-um…!
Kabane alzó la voz.
-  Um… bueno…
-  ¿Qué pasa, Kabane-kun?
-  Quisiera preguntarte… algo…
-  ¿Preguntarme algo? Claro, si es algo, puedo responder.
-  Es sólo un rumor… un rumor muy tonto pero... ¿es cierto que… estás usando la violencia?
La expresión en Masato cambió. 
Él continuó sonriendo. Aún así, había algo en su aura que estaba claramente diferente de lo habitual.
-  … ¿P-presidente?
-  ¿Dónde escuchaste eso? ¿Una historia como ésa?
-  ¡Lo-lo siento! ¡No debí haber puesto atención a un rumor como ése! Incluso si mi mejor amiga Kashima-kun dijo eso…
-  Oh, así que Kashima-kun…
Kabane carraspeó y volteó hacia Masato.
-  Ah… Digo, ¡no fue así! ¡No fue como si yo hubiera escuchado el rumor de Kashima-kun o algo…
Al ver Masato que Kabane intentaba decir excusas, sonrió.
-  Lo siento. Tengo algo que hacer.
-  ¿Eh…?
-  Nos vemos, Kabane-kun. Hablamos luego…
-  ¡P-presidente!
Kabane detuvo rápidamente a Masato con un grito.
-  ¡Es cierto! ¿En verdad estás…?
-  …
Masato se quedó callado.
Sin decir  palabra, cerró las puertas.
El rostro de Kabane se volvió pálido.
-  ¿P-por qué… estás cerrando…?
-  No quiero que me interrumpan.
Masato se acercó más a Kabane, sonriendo.
-  Uh…
Kabane retrocedía, sintiendo escalofríos.
Aún así, los pasos de Masato no se detenían y continuó avanzando hasta que empujó a Kabane contra la pared.
-  P-pre… presidente…
-  ¿Estoy mal?
-  ¿Eh…?
-  Sólo fueron unas semanas. Sólo unas semanas y… Yo era capaz de cambiar la escuela pero no podía cambiarla durante meses.
Masato se cuestionó con una mirada perdida.
-  ¿En verdad estoy mal?
Kabane sólo era capaz de aterrorizarse con ojos asustados.
Viendo la “bestia” interior de Masato, sabía que ya no tenía el control.
-  Creo que esto es gracias a ti. ¿Recuerdas esa vez con Rokudou Mukuro? La vez en que golpeé a un oponente para salvarte… ¿Cómo se dice? Siento una creciente fuerza dentro de mí. Ellos dicen que la pluma es más fuerte que la espada. Tal vez hace unas décadas era cierto, pero en estos tiempos, el único que puede convertirse en mi fuerza es la espada.
-  Entonces… ¡entonces es cierto! ¡¿Estás haciendo que los delincuentes te escuchen a la fuerza?!
-  Es cierto.
Los ojos de Kabane temblaron por el impacto.
-  No…
-  Fue fácil una vez que lo intenté. Básicamente, ellos sólo siguen a quien es más fuerte que ellos. Entonces, si hacía eso bien, yo sólo debía pasar por encima de ellos. Como puedes ver, todos comenzaron a escucharme. Luego la escuela se convirtió en un lugar pacífico.
-  No puedo crerlo.
-  ¿Qué?
-  ¡Todo! ¡Decías que odiabas tanto la violencia! ¡Decías que estaba mal vencer la violencia con violencia! ¡Ése no es el presidente al que yo idolatraba! La persona a la que idolatro era…
¡¡SMACK!!
-  ¡¿…?!
Eso fue inesperado.
-  Ah…
Kaban, miedoso, puso su mano sobre su mejilla ruborizada. Esos ojos se llenaron de lágrimas.
Viendo esto, Masato sonrió suavemente.
-  ¿Puedes detenerte? Hablando del pasado.
-  Ah… ugh…
-  Y quiero que me prometas algo. No le cuentas a nadie sobre esto.
-  Uh…
-  Puedes hacerlo, ¿cierto? Guarda nuestro pequeño secreto.
-  Uh… uh…
-  ¿Puedes decirlo? ¡Prométeme que guardarás esto como nuestro secreto!
¡SMACK!
-  ¡Vamos, dilo rápido! ¿Qué pasa? ¡Si no lo dices, no me detendré!¡Vamos!
¡BAM!
Las bofetadas se volvieron golpes..
Con los ojos encendidos… él continúo golpeando.
Capítulo V
Masato entró por el portón de la Preparatoria Kokuyo. Se sentía el aire cada vez más fresco en ese lugar.
-  ¡Buenos días!
-  ¡Buenos días, presidente!
A los compañeros menores de él que lo saludaron. Sus ojos de admiración se sentían bien. Ante los ojos de Masato, él era como el mesías que había recreado la escuela de una forma justa.
Ese sentimiento calentaba el corazón de Masato con una sensación de completa satisfacción. Su sueño de regresar  a su escuela a como había sido, o sea, un magnífico lugar, por fin se había vuelto realidad.
Y, la nominación que tuvo para la universidad había finalizado bien.
No había otra palabra para describir ese momento, más que “el mejor”.
Hasta esa mañana..
-  … ¿Hmmm?
Masato se detuvo, dándose cuenta de un tumulto formado enfrente de un tablero de mensajes por el camino a la entrada.
-  …
Tenía un mal presentimiento.
Empujando a los estudiantes para ver qué había en el tablero de mensajes …
Lo que saltó a sus ojos fue..
-  ¡Qué…!
Había muchas fotos. Después de la escuela. En la azotea. Había fotos fotos de Masato golpeando continuamente a Yaginuma.
-  ¡Ugh!
Masato se apresuró a quitar las fotos. Su expresión se iba volviendo más fiera.
(¿Cómo es que estas fotos existen? ¿Fue Yaginuma? No, él no tendría el tiempo de hacer algo así. Entonces, quien pudo haberlo hecho fue…)
Dejando la escena, Masato enfrió su mente mientras caminaba.
(No, cálmate. Iré por el culpable después. Ahora, tengo que ver qué hago con esas fotos…)
Las fotos ya habían sido vistas por la mayoría de los estudiantes. Tomaría tan sólo unos minutos para que se esparciera la noticia en toda la escuela.
Y, claro, su nominación y posición como el presidente del Consejo Estudiantil estarían arruinadas.
(¿Qué hago?... ¿qué hago?...)
Angustiado, Masato vio una foto que había recogido.
-  ¡…!
Ahí fue cuando se dio cuenta de un hecho importante.
Si miraba atentamente, en unas fotos en que se enfocaba la espalda de Masato y no se mostraba en sí su rostro, ya que se veía borroso.
(Tal vez… no, pero…)
Sólo había un escenario peor.
Estaba la posibilidad de que alguien lo sorprendiera por la espalda. Incluso si estaba el rumor esparciéndose, eso equivaldría a su reputación perdida.
Obviamente, él podría sellar la boca de Yaginuma y lidiar con otras cosas de su actual situación..
-  Hitsuji…
Inesperadamente, al escuchar su nombre, se dio la vuelta y vio a Yaginuma, quien lo veía temeroso.
Momento oportuno perfecto. Primero, con Yaginuma..
Los ojos de Masato brillaron con maldad mientras se acercaba a Yaginuma.
-  ¡H-Hey, espera! ¡Vine a hablarte sobre algo!
-  ¿Tú también? Bien, hablemos en el salón del Consejo Estudiantil…
-  ¡Mukuro y sus amigos vinieron!
Masato tragó saliva.
-  ¡Esta mañana, alguien los vio entrando al Centro Kokuyo! ¡En serio! ¡Otros más los vieron también!
-  Rokudou… Mukuro y sus amigos…
Esa noticia impactó a Masato.
Después de la pelea en el Centro Kokuyo, Rokudou Mukuro y sus amigos no habían aparecido en la escuela.
Yaginuma y los otros quienes habían intentado seguir a Mukuro perdieron su motivación como resultado de los actos violentos de Masato durante ese corto periodo de tiempo.
-  Hey, ¿estarás bien, Hitsuji? ¿Estás seguro de derrotar a Mukuro y a sus amigos?
-  Por supuesto. En realidad, vencí a Jyoushima y…
Las palabras de Masato se detuvieron.
Hizo una pausa por un momento con una mirada pensativa, sonriendo después.
-  … Ya veo. Puedo usar esta manera.
-  ¿Hitsuji…?
-  Yaginuma, llama a todos después de la escuela.
-  ¿Eh?
Ante esas palabras, Yaginuma tartamudeó.
-  ¿Qué es, todo esto de repente… No me digas que…
-  Es exactamente lo que piensas.
Masato declaró con certeza.
-  Vamos. A donde Mukuro está.
Kokuyo Healthy Land.
Había pasado mucho desde que Masato había estado parado frente al edificio. Pero, ya no era el mismo de antes.
Esa vez, él estaba solo.
Pero ahora, él tenía a mucha gente incluido a Yaginuma.
Eso era poder.
Realmente se sentía fuerte.
-  H-Hey, Hitsuji… en serio vas a vencer a Mukuro…
“¡Whack!”
-  Ugh…
Masato le pegó en la cara a Yaginuma con su palma.
-  Si vuelves a remarcar eso de nuevo, lo siguiente será peor.
La nariz de Yaginuma sangraba.
-  Te dije antes. Sólo con ustedes, no habría oportunidad de ganarles porque son muy débiles. Es por eso que no les estoy pidiendo que ganen. Sólo hagan lo mejor que puedan para detener a Kakimoto y a Jyoushima. Aprovechando eso…
Sus ojos brillaron.
-  Venceré a Rokudou.
Silenciosamente, sus compañeros lo siguieron hasta que entraron al edificio.
(Rokudou Mukuro…  regresaste en el mejor momento)
Masato tenía una idea.
Las fotos que mostraban sus momentos de violencia.
Todo lo que había hecho había sido culpa de Mukuro.
Todo estaría bien si le pedía a Yaginuma esparcir los rumores a los demás. Desde ahora, él también obligaría a Mukuro a escucharlo por la fuerza.
(No dejaré que nadie arruine mi escuela ideal… Por eso, te haré mi sacrificio, Rokudou)
Ya no había ni un pequeño pedazo de culpa en su corazón.
Simplemente estaba controlado por sus propios deseos de su propia utopia.
-  Rokudou Mukuro…
Masato abrió la puerta y sus ojos brillaron al encontrar a su objetivo.
Justo como la primera vez que lo vio, Mukuro estaba sentado en la parte trasera del cuarto y veía a Masato sin decir palabra alguna.
La presión que emitía era como la de un guerrero histórico, así como en la vez anterior.
Aunque, para Masato quien había despertado su poder, algo como eso no significaba nada ahora.
Masato rápidamente dio un vistazo a su alrededor.
Jyoushima y Kakimoto no estaban. ¿Dónde estarían? Sin importar dónde estuvieran, era una perfecta situación y la mejor oportunidad para estar a solas con Mukuro.
-  Hace tiempo que no nos vemos, Rokudou.
Masato le habló en un tono familiar.
Mukuro no respondió. Aún así, a Masato no le importó y continuó hablando.
-  Después de conocerte, mi mundo dio un giro de 180 grados. Ustedes hicieron que me diera cuenta. Con pequeños esfuerzos y palabras, nada cambiaría. Lo que necesitaba era poder. Sólo así se puede cambiar al mundo.
Con supremacía emergieron esas palabras, y Masato se paró enfrente de Mukuro.
-  Yo…
Apretó su puño con fuerza. Con una mirada contenta, Masato mostraba su puño.
-  Cree en la violencia.
Estaba desatado.
Un puño son piedad; el golpe se dirigió a la cara de Mukuro, quien seguía sentado.
“¡Baaaaaaaaaaaam!”
El sonido de una explosión hizo eco en la habitación.
-  ¡!
Se detuvo.
Mukuro permanecía sentado, tranquilo.
-  … Ugh
La cara de Masato mostraba dolor.
La mano de Mukuro agarraba el puño de Masato con fuerza.
-  ¡De-déjame ir! ¡Déjame ir!
Su pierna derecha intentó golpear a Mukuro en la cara, pero su mala postura hacía imposible que le diera una patada, haciendo que Masato perdiera el equilibrio y cayera al suelo.
-  ¡Ugh…!
El dolor en su espalda no impidió que se levantara y corriera hacia Mukuro.
Luego..
-  ¡!
Mukuro se paró.
¡Un contraataque! Masato rápidamente cubrió su cabeza con ambos brazos.
Así, Mukuro no intentó atacar a Masato.
Él simplemente miraba fijamente  a Masato con ojos tristes.
-  Por qué…
-  ¿… eh?
-  ¿Por qué… caíste tan bajo?
Tras esas palabras llenas de emoción, Masato perdió sus palabras.
-  ¿Por qué tú…?
-  Desde que eso era humano.
Desde la voz que lo había cortado inesperadamente, Mukuro volteó.
Masato fijó su atención hacia donde Mukuro miraba.
-  ¡Kabane!
El que estaba parado en la entrada era un rostro familiar.
Y alrededor de él estaban Yaginuma y los demás inconscientes. Sin miradas de dolor, ellos estaban ahí, tirados, durmiendo.
-  ¡Q-Qué pasó, Kabane! ¿Qué le pasó a Yaginuma y a los demás…?
-  Fue en un instante, ¿no fue así? Para que él cayera.
Ignorando a Masato, Kabane le hablaba a Mukuro, quien parecía angustiado.
-  No hay manera en que una persona cambie al mundo tan fácilmente. Pero, él se ahogó instantáneamente. Él creía que sería capaz de cambiar a su escuela con su poder. Incluso si ese mundo, ese tiempo… todo fue una ilusión hecha por mí.
-  ¡!
Una ilusión..
Las palabras de Kabane dejaron a Masato en shock.
¿Qué estaba diciendo Kabane?
Qué exactamente era… una ilusión..
-  Fue todo lo que tú habías planeado.
Mukuro escupió sus palabras con frustración.
Kabane respondió con una sonrisa.
-  Yo sólo abrí las puertas y lo dirigí al patio. El que escogió ir en ese camino sin cuestionar nada fue él mismo. Fue su voluntad el ahogarse en sangre y violencia. Si él quería detenerse, él se habría detenido. Pero, él continuó…
Sus ojos estaban llenos de regocijo. Miró a Masato, quien seguía atónito.
-  … hasta el punto en que no sentía nada después de golpear a sus preciados compañeros de clase.
Esas palabras consumieron el cuerpo de Masato.
(¿Kaba… ne…?)
¿Por qué estaba diciendo eso?
¿Todo fue un plan de Kabane? ¡No era posible!
El débil Kabane jamás ahogaría a alguien que admirara en una trampa.
Desde hace mucho, Kabane siempre fue..
Hace mucho..
(¿… hace mucho?)
Un frío recorrió el cuerpo de Masato.
¿Desde cuándo… estaba Kabane de su lado?
No podía recordarlo. No podía recordar una cosa.
El tiempo en que sufrió, el tiempo en que estuvo buscando a un aliado, él no podía recordad nada acerca de Kabane quien estuvo a su lado en esos tiempos..
-  ¡!
-  Hey, Hitsuji, ¿estás haciendo esto de nuevo, tú solo?
-  ¿Qué estás murmurando para tu mismo, huh?
-  Cuando diste todo de ti, ¿alguien te siguió? ¿Eres capaz de cambiar algo?
-  ¿So… lo…?
Solo..
Sí… él estaba solo.
Eso fue cuando él se escurrió en la vida de Masato, quien temblaba de soledad.
Cada vez que Masato lo veía a los ojos, podía olvidar todo acerca de su dolor y se sentía aliviado.
En sus ojos… estaban los deseos profundos de Masato..
-  ¿Kabane.. quién… eres…?
-  Tú deseabas un aliado. Y lo que mataste… fue el “cadáver” de tu sueño.
-  ¡!
Masato vio fijamente a Kabane.
En su ojo derecho estaba el carácter de “seis” emergiendo..
-  Seis…
Susurrando, la cara de Masato palideció como si fuera un fantasma.
Kabane asintió.
-  Sí… Mi nombre es Rokudou Mukuro. Nadie con el nombre de Kabane  existe. Tú solamente imaginaste que tenías un aliado así.
-  Imposible… desde que Rokudou Mukuro está aquí…
Mukuro… no, el hombre quien creía Masato que era Mukuro apartó su mirada.
Esa era prueba suficiente de que ése no era Mukuro.
-  Imposible… imposible…
El interior de Masato estaba desesperado en la confusión.
El Mukuro que todos creían que era Mukuro en realidad no era Mukuro, y el verdadero Mukuro estuvo a su lado bajo la máscara de Kabane pretendiendo ser su aliado.
Todo el tiempo, él estuvo observando a Masato caer..
-  ¡!
Rápidamente checó su celular y sus ojos  se agrandaron ante la verdad.
La fecha mostraba que sólo habían pasado tres días desde la pelea con Mukuro y Yaginuma.
En la mente de Masato, eso había pasado hace semanas.
-  Un sueño… todo fue un sueño… incluso cómo la escuela se convirtió en lo que yo quería…
-  Hay una cosa que no es un sueño.
-  ¡Eh!
Masato intentó aferrarse a que eso fuera una pequeña esperanza..
-  La realidad de cómo te sumergiste en la violencia.
Amargado, él colocó su mano derecha ante él.
-  Está bien, chasquearé mis dedos ahora. Después, ¿qué pasará? La ilusión de ellos siendo “obedientes a ti” desaparecerá. El único que recuerdo que permanecerá en su memoria será de ellos recibiendo violencia de tu parte.
-  Q…qué…
El cuerpo de Masato temblaba.
¿Yaginuma y los otros estaban bajo hipnosis también? ¡¿Ellos en realidad no temían a su fuerza ni lo seguían?!
-  Cuando despierten de su sueño… ¿qué te harán ellos?
-  D-Detente… no lo hagas…
-  ¿A qué le temes? Tú crees en la violencia, ¿cierto? Así que no habrá problema si los despierto de su sueño.
-  N-No… yo…yo…
-  Tres…
-  P-Por favor… no…
-  Dos…
-  Te lo ruego… por favor…
-  Uno…
-  ¡Detenteeeeeee!
-  Cero.
El sonido del chasquido de sus dedos resonó.
Y el tiempo del infierno inició..
-  Yo~ ¿Acabaste, Mukuro-san?
Cuando Jyoushima y  Kakimoto entraron a la habitación, Kabane, el verdadero Rokudou Mukuro, volteó hacia ellos con una sonrisa.
-  Sí, justo ahora. Pudieron haberlo observado  aquí conmigo.
-  Yo quería, pero Kaki.P me detuvo.
-  Si hubieras estado ahí, te habría gustado hacer algo que era innecesario, Ken.
-  ¡Eeee! Estás diciendo cosas raras otra vez. ¡Ya me harté, tú anteojos no-no! 
-  ¿… podrías dejar de llamarme así?
-  Vamos, ustedes dos.
Mukuro los calmó.
-  Me disculpo por haberlos aburrido.
-  Está bien. Conseguimos algo bueno.
Un golpe hueco.
Lo que Kakimoto lanzó fue a un niño amarrado con cuerdas.
-  Ranking Fuuta. Parece que conoce al Décimo Vongola.
-  Oh, vaya.
Mukuro se acercó contento hacia Fuuta.
-  Ranking Fuuta, conocido en el mundo de la mafia italiana por sus rankings… si esa información venía de él, no habrá error.
Fuuta, quien temblaba de miedo, miró a Mukuro con sus ojos llenos de gran fuerza de voluntad.
Los labios de Mukuro formaron una sonrisa llena de gozo, mientras dirigía hacia él la atención de Jyoushima y Kakimoto.
-  Bueno, nuestro juego aquí está terminado. Una vez que saquemos información de este niño, empezaremos a movernos.
-  ¡Oh! ¡Finalmente pyo~n!
Jyoushima brincó de alegría, listo para la acción.
Detrás de sus lentes, los ojos de Kakimoto destellaban con un silencioso pero fuerte deseo de pelear.
A través de ese incidente, Mukuro gobernaba completamente la Preparatoria Kokuyo. En público, él era el reemplazo del presidente, quien había cometido crímenes con el uso de la violencia.
Además, con la fuente de información llamada Fuuta, ellos estaban listos para iniciar su verdadero objetivo.
El objetivo de hundir al Décimo Vongola.
-  Contamos contigo también, Lancia.
Mukuro le habló a un hombre alto con mirada descontenta.
Aún así, con una mueca, Lancia habló.
-  … qué cruel.
-  ¿Sí?
-  ¿Por qué debes ir tan lejos? Si querías conquistar la escuela, pudiste hacerlo más fácil.
-  Sí, pude.
-  Entonces por qué…
-  Pero, tú necesitabas esto antes de la pelea.
-  ¿Necesitaba…?
-  Un sacrificio, orar por la victoria.
Diciendo eso, comenzó a caminar hacia el lugar manchado de sangre; el recuerdo de una horrorosa venganza.
-  ¡Espera, Mukuro! ¿Por qué tuviste que escoger a ese hombre? ¿No eres capaz de perdonarlo por decir sus ideas? ¡¡Mukuro!!
-  No es por eso. Sólo… su nombre era bonito.
-  ¿Nombre…?
Un chico, tirado en el piso de concreto. Su cara estaba tan deformada que ya no se podía saber de quién era ese cuerpo. Sus huesos estaban rotos, y su respiración era débil.
Mukuro se arrodilló a su lado y murmuró.
-  ¿No son los humanos maravillosos, Hitsuji-san?

>Explicaciones:
Kabane.
Sí, él era Mukuro, Mukuro en kanji se escribe 骸que significa cadáver. El nombre de Kabane 屍 es un juego de palabras que también significa cadáver. En la novela, el nombre de Kabane se escribe 樺根, que no significa nada, eso sólo un nombre. Pero, de haberlo escrito así (屍)habría sido importante su significado al principio, por lo que el autor debió haber escogido una manera diferente de escribirlo, pero haciendo que el sonido fuera el mismo.

Hitsuji Masato.
Su nombre es interesante. Hitsuji significa “oveja”. En la novela, se escribe 日辻, que también es un nombre, pero suena exactamente como 羊, que significa oveja. Así, Mukuro lo elige como el “sacrificio”.
Además, el nombre de Masato 真人, significa “hombre de la verdad”.

Otros nombres de personajes con juegos de palabra:

Yaginuma: perro.

Ushikubo: vaca.Baba: caballo.Kashima: venado.