lunes, 2 de enero de 2017

[La Jornada] Noragami: los deseos del Dios de la Calamidad

Los humanos no somos los únicos que anhelamos algo. Hasta los dioses tienen deseos y quieren cumplirlos con ayuda de humanos y sus iguales. El manga/anime nos ha traído a un kami (una especie de deidad en el Sintoísmo) que desea volver realidad su sueño: Noragami.


Yato es un dios menor de la calamidad. Hace muchos años, en la época de los samurái, la gente solía rezarle y pedirle ayuda. Sin embargo, con el cambio de era y la paz reinante, Yato dejó de ser el Dios de la Calamidad, siendo olvidado por el tiempo.

Para que no dejara de existir, comenzó a pegar su número de teléfono en la ciudad, ofreciendo realizar trabajos variados para ganarse de nuevo un lugar entre las personas, cobrando sólo cinco yenes. Así, se fue ganando el nombre de "Dios de las Entregas". Aunque eso no le quite que sea un pobretón.

El sueño de Yato es que con lo que reúna de sus trabajos y el que su nombre se dé a conocer de nuevo entre los japoneses, sus nuevos creyentes le construyan un santuario en su honor, tal como lo tienen los dioses mayores del sintoísmo. Es decir, quiere ser famoso y rico, con el dinero de las ofrendas que le den sus seguidores.

Su suerte acaba, si es que alguna vez la tuvo, cuando su shinki (tesoro sagrado, es decir, un alma humana que sirve a una deidad bajo forma de objeto o animal, poseyéndolo) lo abandona por no pagarle y ser un inútil. Sin embargo, al ayudar a una chica, Hiyori, de unos ayakashi, o entes que provienen del oscuro inframundo, Yato se da cuenta de que con ella y su nuevo shiki puede encontrar un método para ser famoso nuevamente, mientras encuentra una cura para Hiyori, quien se ha convertido en mitad fantasma. 

Noragami envuelve el aura del sintoísmo, desde la vista de los templos de los amigos de Yato, la explicación del deber de los kami con el hombre y la función que tiene el sintoísmo en ellos, la mención de conceptos propios de esta religión originaria de Japón, la recitación de sutras, y la aparición de deidades que hoy en día siguen muy presentes en los japoneses a la hora de rendirles honor y plegarias.

Entre ellos se encuentran: Tenjin, quien es el dios del aprendizaje, por lo que es muy visitado por los jóvenes que harán examen para preparatoria o universidad; Ebisu, quien representa la fortuna; y Bishamon, o Bishamonten, diosa de la guerra, quien tiene su equivalente en el budismo como Vaísravana.

A lo largo de la serie vamos conociendo mejor la relación que tiene Yato con estos dioses, y los grupos específicos sintoístas que representan las deidades mayores, lo cual permite adentrarse a su mitología, y, por supuesto, saber por qué la serie se llama "Noragami".

Algo importante que también se observa en la serie es lo que significa nombrar a los kami, ya que si no se invoca algo, éste deja de existir, y es más literal en el caso de los dioses, y eso es lo que menos quiere alguien. 

Igual y vemos pronto que Yato tenga su santuario, así como nosotros nos esforzamos para conseguir lo que queremos en esta vida.

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