sábado, 15 de agosto de 2015

Festival Obon

El festival Obon es una gran festividad celebrada en agosto y dura tres días, que antes era del quince al diecisiete, pero últimamente han variado esas fechas; este año será del trece al quince.


El Obon tiene su origen en una leyenda perteneciente al budismo. Ésta se centra en un discípulo de Buda llamado Maha Maudgalyayana, o Mokuren, quien empleó sus poderes sobrenaturales para contactar con el espíritu de su madre fallecida. Al hacerlo, descubrió que su madre se encontraba en el reino de los fantasmas, donde sufría interminablemente. Alarmado por esto, se dirigió a Buda, preguntándole cómo podía liberar a su madre de ese sufrimiento. Buda le dijo que debía hacer ofrendas el día quince del mes séptimo. Mokuren así lo hizo, y pudo ver a su madre. Además, pudo ver la verdadera naturaleza de su desinterés pasado y los muchos sacrificios que su madre hiciera por él. Alegre por la liberación de su madre y agradecido por su bondad, ambos bailaron contentos. 


Esta leyenda nos da pistas de ciertas actividades que se realizan en el Festival Obon, también conocida como el Festival de los Muertos. Así, se da inicio al festival con un baile tradicional llamado Bon Odori (o  "baile Bon", o "Baile de los muertos"), que es una bienvenida a los difuntos. Éste baile, que se hace generalmente en  parques o plazas  donde casi siempre hay templos budistas, se caracteriza por la rueda formada por las personas, dando vueltas alrededor de una torre (taiko), de la cual se desprenden hilos que sujetan farolillos de papel; el baile va de acuerdo al ritmo del tambor.


En las casas japonesas se ponen ofrendas delante de un altar (butsudan). La ofrenda consiste en onigiris (bolas de arroz), pepinos, berenjena, sake, dulces, velas, incienso, forografías de los difuntos, flores y alguna deidad budista. Esto tiene su significado: el arroz y el sake es, digamos, lo que el difunto puede comer; el pepino y la berenjena simbolizan, respectivamente, un caballo y una vaca. Puede sonar raro esto, pero los japoneses creen que los difuntos llegan a caballo a sus viejos hogares, porque saben que deben apresurarse a comer su ofrenda y a visitar a sus seres queridos, pues su tiempo es limitado; después, su regreso al otro mundo lo hacen montados en una vaca, a paso lento, ya que es una pena para el difunto el despedirse de nuevo.


También durante el festival se acostumbra visitar las tumbas de los difuntos (haika mairi que literalmente significa una visita a la tumba) para limpiarlas, dejar ofrendas que puede ser comida y bebida, y adornar con flores.


Durante el festival, ya que se celebra en verano y hace mucho calor, los japoneses suelen usar yukatas, que son kimonos más ligeros y con colores y estampados más llamativos.
Otro elemento que no deben faltar son los farolillos que son colocados en las puertas. Esto significa que, con la luz de los farolillos, puedes guiar el alma o espíritu de sus difuntos. En el úlimo día del festival, por la noche, se quitan los farolillos, y se tiene por tradición el dejar flotarlos sobre algún río o mar, simbolizando el regreso al mundo de los muertos.


Los puestos de comida son algo también característicos. Venden desde takoyaki, onigiri, toriyaki, dulces tradicionales, manzanas y bananas cubiertas, y muchas más. Hay otros puestos en que venden máscaras, y otro más de juegos, como el pescar peces con redes de papel de arroz. Como ven, se pone muy animado, y más en la noche con los fuegos artificiales.


¿Algo de esto no les recuerda al Día de Muertos en México? Bueno, por lo que sé, en muchos países latinoamericanos se tiene una tradición similar al Día de Muertos, claro, cada uno con variantes. A lo que voy es que el Festival Obon, así como estas otras festividades, se relacionan por esa celebración y respeto hacia los muertos. La muerte se ve como algo normal y cíclico, como si fuera una vieja amiga a la tarde o temprano veremos otra vez. Y digo otra vez porque en estas fiestas se entra en contacto indirecto con ella. 

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