El pasado jueves se estrenó la película japonesa animada El niño y la bestia (バケモノの子, Bakemono no Ko) a nivel nacional, aunque en escasas salas.
Bakemono no Ko fue ganadora el año pasado del Premio de la Academia Japonesa a la Mejor Película de Animación, y con toda razón, debido al desarrollo de personajes, los paisajes que se ven tan realistas, la historia, y la música que encaja perfectamente con las escenas de acción.
La película, cuyo título está mal traducido porque, literalmente, debería ser El niño de la bestia, pero quizá eso podía indicar que se tratara de una película de terror, es, al contrario, una bella historia sobre un niño, Ren, que huye de casa tras la muerte de su madre y que, siguiendo a una bestia con apariencia de oso, llega hasta el Reino de las Bestias, donde se vuelve aprendiz de éste, llamado Kumatetsu. Ren encontrará en él un amigo, maestro y padre que, a su manera, cuida de él, aprendiendo ambos de su soledad para encontrar una nueva fortaleza.
Esta película, si bien ha causado buenas críticas en Japón y en festivales internacionales, en premios estadounidenses ha pasado un tanto desapercibida, como otras del género.
Las películas japonesas que han sido nominadas al Premio Óscar en la categoría de Animación son del Estudio Ghibli, conocido por Mi vecino Totoro, ha tenido cinco nominaciones y solamente una ha ganado: El viaje de Chihiro (千と千尋の神隠, Sen to Chihiro no kamikakushi) en el 2002.
¿A qué se debe esto? Las películas japonesas no desmerecen en nada a las occidentales, pero lo que importa en estos premios hollywoodenses es la ganancia en taquillas y en mercancías, y no se enfocan demasiado en su contenido, valores y calidad artística.
Además, las películas japonesas, tanto las de Ghibli como las de Mamoru Hosoda (director de Bakemono no Ko) y de otros grandes artistas y directores, son películas de arte, que reflejan otro lado de la vida fuera de los cuentos de hada mal contados, que te harán reflexionar sobre el tema tratado, mientras te envuelves en un mundo fantástico.
Esperemos que El niño y la bestia tenga buena recepción en México, ya que no ha tenido la difusión suficiente por parte del mismo cine como de la Embajada de Japón, que debería impulsar la entrada y divulgación de la cultura que llega a México, en especial cuando el embajador Akira Yamada se ha declarado fan del anime y manga.
Como último dato, es importante mencionar que las dos cadenas de cine en México tienen festivales de películas japonesas, en su mayoría basadas en anime/manga, en diferentes épocas y en determinadas sedes por unos cuantos días, lo cual es grato para los fans de estas series el verlas en pantalla grande. Por ello, el que El niño y la bestia no sea parte de estos ciclos especiales, sino que esté siendo proyectada como el resto de las películas en cartelera de Cinemex, es esperanzador porque quizá estamos ante la apertura del cine japonés en nuestro país.
Les comparto el trailer oficial en latino de El niño y la bestia:
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