domingo, 3 de julio de 2016

Mechas: salvando al universo

Creemos que los robots piloteados o los trajes que otorgan poderes a un humano es algo novedoso, como hemos visto con los Power Rangers, Iron Man o War Machine del universo Marvel, o con la película Titanes del Pacífico, del directo Guillermo del Toro. De hecho, el mexicano se basó en el género llamado mecha para crear sus titanes motorizados, en especial de Mazinger Z. Así que, por lo que ven, esto no es nada nuevo, y ahora les hablaré de algunas obras del manga/anime que modificaron la concepción de mecha.


La palabra mecha ("vehículo") denomina historias de manga/anime que tienen como eje un robot gigante, que muestra los avances tecnológicos de la humanidad, y que puede moverse naturalmente como el cuerpo humano. Éste es piloteado, generalmente, por una sola persona, mediante cables y controles de mando, así como por sensores neuronales y una relación entre el robot y el piloto.

Los robots de este estilo nacen de la mano de Go Nagai con su manga Mazinger Z (1972), el cual estoy segura que todos conocemos por su transmisión en televisión abierta hace décadas. Nagai, inspirado en los manga de robots anteriores como Ironman 28 (Tetsujin-28) y Astroboy, creó una historia tomando ciertas bases de estos, pero añadiendo algo diferente: robots gigantescos que fueran tripulados por jóvenes.

Así nació el emblemático Mazinger Z, construido por el Dr. Kabuto para enfrentar al ejército de robots autómatas que están bajo el mando del malvado Dr. Hell. El joven Kabuto, nieto del doctor, es el encargado de pilotear a Mazinger y de salvar al mundo mientras lidia con sus propios problemas juveniles.

Bajo estas ideas, Nagai construyó un esquema que seguirían posteriores series mecha, con temáticas y desarrollo diferentes de la historia, pero manteniendo su origen.

Entre otras series famosas tenemos dos grandes franquicias: Mobile Suit Gundam (1979) y Macross (1982). 

La primera está ubicada en el universo conocido como Universal Century, en que estalla una guerra entre el Principado de Zeon y la Federación de la Tierra. Ésta tiene una nueva arma, un robot llamado RX-78-2 Gundam, y con ella buscan detener la guerra. Amuro Ray encuentra al Gundam, lo neutraliza, y empieza a recoger a los sobrevivientes de un ataque de los zeonitas, mientras busca cómo detenerlos.

A diferencia de Mazinger Z en que el protagonista pelea por capítulo para detener a los malvados, en Gundam el uso de los mecha va más allá, ya que son vistos como armas de guerra y, por lo general, sus pilotos son soldados.

En Macross, nos ubicamos en el año 1999, cuando una nave bélica alienígena cae sobre sobre una isla en el Océano Pacífico. La coalición internacional de países restaura la nave para bautizarla SDF-1 Macross.

Sin embargo, cuando el proyecto finaliza, los Zentradi, raza alienígena gigante de aspecto humano y de actitud violenta, llegan a la Tierra. En un momento de expectación, la nave Macross ataca a los intrusos, comenzando así una guerra. 

Macross tiene como característica la importancia de mantener la esperanza y la música como medio de unir a seres tan diferentes para olvidar algo tan cruel como lo es la guerra. 

Ya que hay varias series mecha que mencionar, termino esta entrada con otro grande expositor del género: Neon Genesis Evangelion, de 1995.

Nos encontramos en el 2015, en un mundo post-apocalíptico, en que más de la mitad de la humanidad ha muerto debido a un hecho conocido como el "segundo impacto", es decir, el desastre que causó el contacto de los ángeles con la Tierra. La ONU, para evitar otro cataclismo, encomienda a NERV, una organización paramilitar, el crear unos robots biomecánicos para defender lo poco que queda de la humanidad y de la vida en la Tierra, llamados Evangelion.

Evangelion mezcla tanto la guerra entre humanos y ángeles, como el desarrollo psicológico de los jóvenes pilotos, quienes lidian a través de la serie con sus traumas. Además, es la primera que toca el tema de mecha biológicos y más estilizados, y el manejo de los robots a través de ondas neuronales del piloto, cuestión que después sería retomada en otras series, pero sin alcanzar la profundidad psicológica, religiosa y filosófica que contiene esta obra.

Como ven, esta idea de robots peleando no es nada nuevo, y seguro ya no ven a los robots piloteados como simples máquinas que matan monstruos. Hay todo un universo en el género mecha que debe ser explorado y que ofrece algo único al género.

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