sábado, 16 de julio de 2016

Saint Young Men: las vacaciones de Jesús y Buda

Las vacaciones de verano empezaron: niños y jóvenes están libres, y los padres descansan de la actividad escolar. ¿Creen que personajes como Jesucristo y Buda se toman un respiro de su vida celestial para bajar a nuestro mundo terrenal para divertirse? Resulta que sí, quieren relajarse y vivir como lo hacemos nosotros en el siglo XXI.


Con esta idea se nos presenta Saint Young Men, conocido también como Las vacaciones de Jesús y Buda, de la mente de la autora Nakamura Hikaru. En ésta, Jesús y Buda son mejores amigos y, al estar aburridos, deciden tomarse unas vacaciones como simples mortales y escogen como destino Japón, para lo cual rentan un departamento pequeño en Tokyo e intentan vivir como la gente normal.

A ambos se les hace curioso todo lo que encuentran en Tokyo, como el avance tecnológico y el impacto de la cultura pop, además que sienten el impacto de una sociedad en que la religión, la fe y el seguir un estilo de vida con base en un pensamiento filosófico no es tan importante para las personas como lo era hace cientos de años.

De Saint Young Men existen dos adaptaciones: dos OVA (Original Video Animation) y una película que dura noventa minutos. Es en ésta en la que se imprime mejor la idea del manga al exponer a Jesús y a Buda en situaciones cómicas al no ser reconocidos ante la gente o, incluso, que entre ellos mismos se hagan bromas sobre el cristianismo y budismo, sin que se lo tomen a mal.

Hay una escena del manga, también animada en la película, en que Jesús regresa a su departamento tras hacer unas compras y se le ve feliz y algo desconcertado. Buda le pregunta si algo le pasó, y el otro le responde que unas colegialas lo veían sonriendo y le tomaban fotos. Resulta que las chicas le encontraron demasiado parecido con Johnny Depp y, por esa razón, se le acercaron. Claro, Jesús ni sabía quién era tal sujeto con el que le confundían, pero le alegró que alguien le hiciera caso de esa manera.

Las personalidades de estos personajes son muy peculiares, más viniendo de qué clase de hombres hablamos: Buda es muy calmado, es la voz de la razón de los dos, es ahorrador y algo tacaño, amante de las playeras estampadas, aficionado a la cocina y tímido; Jesús es holgazán, irresponsable, nada le preocupa, algo derrochador, le gusta la tecnología y tiene un blog personal en que reseña sobre anime. 

Aunque están de vacaciones y lo que quieren es no hacer sus tareas divinas, no están exentos de que en su camino se encuentran con alguien que necesita ayuda, así que cada vez que se les escapa una buena acción o hablan con sabiduría, un halo de luz les ilumina las cabezas.

Al vivir en un barrio, Jesús y Buda conviven con sus vecinos, como la casera y unos niños que siempre los andan molestando por su apariencia extraña. Por ejemplo, la casera les pregunta que si no son parte de una banda de metal o algo así, por la manera en que los ve vestidos. Además, se acercan a las tradiciones niponas, como sucede con el Festival Obon en que ambos participan en el baile tradicional de los muertos; o, van al templo sintoísta en Año Nuevo para orar por un mejor año, como es tradición japonesa, reflejándonos que la religión o filosofía que tengamos no debe interferir con las raíces de nuestro pueblo.

También se les ve festejar la Navidad, sin embargo, mientras Buda busca qué regalarle a su amigo, Jesús está decorando su casa para recibir a Santa Claus, sin acordarse si quiera de su cumpleaños, hasta que llega Buda y se lo dice.

Hablando de la película, está conformada por una selección de cuatro historias, situada cada una en una estación del año diferente, por lo que la primera vez que vemos a Jesús y Buda es en primavera.

En Japón, esta obra fue ganadora del Premio Cultural Tezuka Osamu (el premio más importante dentro del manga) en la categoría de mejor historia corta en el 2009. Y cómo no serlo cuando reúne a las dos figuras más importantes de la religión y filosofía humana en el mismo lugar como buenos amigos, y viven en el mundo terrenal disfrutando de lo que puede ofrecerles, mientras ellos mismos satirizan y hacen bromas sobre aquello que fundaron y tiene seguidores en todo el mundo.

Lo que es más llamativo es cómo Jesús y Buda tienen que adaptarse a un mundo donde, claro, siguen presentes, pero no son la prioridad de las personas, y se enteran de la gran cantidad de obras existente sobre ellos. Aunado a esto, el hecho de que ambos personajes, con sus ideas y personalidades tan distintas, puedan convivir sin matarse o sin obligar al otro a adoptar la creencia del otro, nos recuerda a los conflictos actuales y las guerras de religión de hace años, y puede que Saint Young Men nos enseñe que eso, en vez de ser motivo de lucha, es una forma de aprender sobre es estilo de vida y pensamiento de otras personas.

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