domingo, 21 de agosto de 2016

Golpizas deportivas: Ashita no Joe, Hajime no Ippo y Yawara!

Decimos adiós a los Juegos Olímpicos de Río y a esos deportistas que, durante dos semanas nos mantuvieron a la expectativa de los partidos y disciplinas tan diversas, en que nosotros como público alentábamos o le deseábamos mala suerte a los atletas que estaban en busca de las medallas por las cuales han trabajado casi toda su vida. Con la intensidad de estos juegos y, para finalizar este pequeño espacio dedicado a los anime/manga relacionados con estas justas, les hablaré de tres obras que darán el broche de oro a las emociones de Río 2016 mediante los golpes e impactos que producen el boxeo y el judo: Ashita no Joe, Hajime no Ippo y Yawara!

Si les parece que las golpizas que se dan en el ring son muy escandalosas, se darán cuenta que eso no es nada en comparación a las que se dan en Ashita no Joe. En esta obra de 1968, seguimos a Joe, un chico huérfano muy problemático que, debido a su carácter explosivo, ha sido expulsado de varios orfanatos. En una de esas veces, conoce a Danpei, un boxeador retirado, que intenta ayudarlo para canalizar su energía en ese deporte. Sin embargo, Joe le hace caso omiso y sigue metiéndose en problemas, al grado de que es arrestado y llevado a una prisión juvenil. Ahí, hace rivalidad con Rikkishi, con quien tiene un encuentro de boxeo que emociona a los demás presos, pero Joe lo pierde, y promete volver a enfrentarse con él por la revancha.

Cuando Joe sale de prisión, vuelve a encontrarse con Danpei, ya que desea que él lo entrene para que pueda convertirse en un boxeador principal. Joe se hace de una buena reputación y de nuevo se enfrenta contra su viejo rival, pero la lucha, pese a que él la gana, le causa remordimientos. 

No les digo más porque sería arruinarles por completo la historia, pero Joe llega hasta los campeonatos mundiales y, claro, llega a ganarlo. En esta etapa del personaje, vemos que se enfrenta contra boxeadores de otras nacionalidades, entre ellos, José Mendoza, un mexicano, que le hace ver su suerte a Joe en la final del mundial. El final de la serie es impactante, y, como comentaba el inicio, en ocasiones es más extremo que las competencias que vimos en Río. 


La siguiente obra sobre boxeo, de 1989, es Hajime no Ippo. Ippo es un chico joven que no tiene mucho tiempo para hacer alguna actividad extracurricular, debido a que ayuda a su madre en su local de venta y renta de botes para pesca. Al ser tímido y callado, los abusadores de su escuela lo molestan con frecuencia, y un día que Ippo va caminando sin preocuparse por nada, esos chicos comienzan a molerlo a golpes, sin que él pueda defenderse. En eso, alguien llega y lo ayuda. Resulta ser Takamura Mamoru, un boxeador famoso, quien se lleva a Ippo al gimnasio donde entrena. Ahí, Mamoru lo deja desquitarse golpeando un costal de arena, y así es como se da cuenta del potencial que tiene que Ippo para el boxeo. Así, para convencerlo, le pone videos de las peleas de Mike Tyson, y en ese momento Ippo desea entrenar duro para convertirse en el campeón mundial de boxeo.

Al igual que en Ashita no Joe, Ippo tendrá como mayor rival al campeón mundial, un mexicano, Ricardo Martínez. Y, es importante mencionar que Joji Murakawa, autor de Hajime no Ippo, también es mánager de boxeadores, por lo cual conoce muy bien este mundo; eso mismo se ve reflejado en que él admiraba mucho al boxeador mexicano Ricardo López, conocido también como "El Finito", quien obtuviera su primer máximo título en Japón, y tuviera una carrera invicta; por esto, es que él fue la inspiración para crear al némesis de Ippo. Tanta es la presencia de México en esta obra que, incluso, se menciona que Ricardo Martínez ganó sus campeonatos mundiales en la Arena Coliseo y en el Estadio Azteca, lugares en que se enfrentó con otro mexicano talentoso, Alfredo González y Date Eiji, ambos rivales de Ippo.

Como ven, en los años en que ambas series nacieron, México era una potencia y punto de referencia en el boxeo. Esperemos que con la medalla de bronce de Misael Rodríguez, volvamos un poco a ese entonces.

Por último, les hablaré sobre el judo. Si bien, éste es retomado en varios manga/anime, pero de manera secundaria, es en la obra de Naoki Urasawa, Yawara!, en que una chica, que da el nombre a la serie, desde pequeña ha entrenado el judo, debido a su abuelo, quien desea que su nieta sea la mejor y gane la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 (el manga se publicó en el 89). 

Mas, aunque ella es muy talentosa, odia el judo, ya que el régimen que le da su abuelo es muy estricto, lo que le resta tiempo a Yawara para que lleve una vida normal como el resto de sus amigas. Así, ella sigue entrenando por insistencia de su abuelo, y, aunque ella ya es la número uno y tiene rivales que la quieren vencer, no se lo toma en serio por lo desganada que se siente al dedicarle tanto a algo que no le gusta. Y, como la serie es para chicas, tenemos el factor del romance y de la amistad que Yawara obtiene gracias al judo, así que al final no se vuelve todo tan malo para ella.

El manga de Yawara! finaliza y coincide con los Olímpícos de Barcelona, que era la intención del autor y de la editorial. Si bien, en cuanto a los temas es más relajada que las de boxeo, es realista en cuanto al estilo de dibujo y a las situaciones que atraviesan los jóvenes que, cuando se dedican a un deporte o lo que sea por obligación, se ven entre la espada y la pared porque no quieren defraudar a quienes los han apoyado, pero quieren hacer también cosas que sean de su agrado.

México llevó competidores de judo, pero los resultados no fueron muy buenos, a diferencia de Japón que, por ser el país de origen de esta arte marcial, obtuvo dos medallas, una de oro y una de plata de Kanae Yamabe y Hisayoshi Terasawa, respectivamente.

Con esto finalizo este apartado olimpista, que espero hayan disfrutado y vean, en el caso de los manga/anime de boxeo, que no somos mediocres en el deporte, que sí cuesta trabajo y esfuerzo, pero un deportista dedicado o un amateur que guste de algunas de estas disciplinas, puede llegar muy lejos. Quién sabe, y después figuren nombres de mexicanos en próximas obras deportivas como de marcha, pentatlón, taekwondo o clavados como máximos rivales de los protagonistas.

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