miércoles, 26 de abril de 2017

[La Jornada] Shingeki no Kyojin: la humanidad perece

No puede haber cosa peor para el hombre que su propia existencia, como raza, se vea amenazada. Ya sea por algún desastre natural, alguna pandemia, o por el mismo hombre. Sin embargo, el que una especie diferente al humano se imponga con supremacía y lo convierta en cazado, en vez de cazador, invirtiendo el orden de la cadena alimenticia, es impensable para nosotros.


Shingeki no Kyojin plantea esta idea en un mundo que nos recuerda a la Europa medieval por la vestimenta, estilo de vida y la arquitectura representada, posiblemente en Alemania, debido a los nombres de los personajes. La gente vive enjaulada dentro de tres enormes murallas, las cuales sirven como protección contra unas criaturas que amenazan a la raza humana: titanes.

Los titanes surgieron un día de la nada, moviéndose lentamente pero con un objetivo muy claro, el devorar a todo hombre que se le cruce. Menos de la mitad de la población mundial que lograron sobrevivir construyeron unas inmensas murallas, lo suficientemente grandes para que esos seres gigantescos no lograran atravesarlas, refugiándose y viviendo ahora encerrados. Los años pasaron, y el ejército fue estudiando a los titanes, desarrollando métodos para contrarrestarlos y obtener alguna ventaja sobre ellos, como un dispositivo que permite "volar" para defenderse y atacar efectivamente a esos seres.
Mas. cien años después de que se viviera en relativa paz, la cara de un titán de tamaño colosal es avistado sobre la primera muralla, lo cual sólo es el comienzo del horror: tras una patada, éste crea un agujero por el cual entran los titanes y, con ello, la matanza y los números rojos de la humanidad regresan.

Aquí es donde entran los protagonistas, Eren, Mikasa y Armin, quienes logran sobrevivir a ese ataque y a sus traumas de ver a sus padres siendo devorados, deciden unirse al ejército, en específico a la Legión de Reconocimiento, que son entrenados específicamente para salir de las murallas para matar titanes.

Con ataques de los titanes cada vez más seguidos, lo cual equivale a más bajas civiles y militares, se van descubriendo más detalles sobre los titanes, como el hecho de que hay humanos que tienen la habilidad de convertirse a voluntad en una de esas criaturas, conservando su razón. Uno de ellos, es Eren, quien desconocía tal poder, pero que es ahora un arma indispensable para luchar por la libertad.

Así, en la segunda temporada actualmente en emisión, otros misterios y confabulaciones se entretejen, como el origen de los titanes y el papel que desempeñaron antes de que la humanidad se vieran al borde de la extinción.

Shingeki no Kyojin, sobre todo en el manga, tiene un estilo de dibujo no tan convencional, es decir, éste no es estilizado, las facciones son duras y muy remarcadas, de manera que se transmite bastante bien el horror que presencian los personajes y, por supuesto, a los titanes, que se ven más abominables. Esta cuestión fue criticada por otros autores de manga, infravalorando la obra por su dibujo, aunque creo que eso es lo que crea un efecto distinto en su público.

Como dato curioso, el mismo autor, Hajime Isayama, comentó alguna vez que se había basado en chicos que durante su niñez y adolescencia lo habían molestado para crear los rostros de los titanes.

Es imposible no sentirse desesperado con cada capítulo del manga y del anime, en que la situación se ve tan oscura y sin ninguna salida, pero, pese a eso, los personajes están dispuestos a dar todo de sí para regresar la libertad a al ser humano, sin importar los sacrificios.

La dignidad del ser humano no está hecha para estar enjaulada.

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