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jueves, 1 de septiembre de 2016

Festival de cine japonés: Ultraman X y Millennium Actress

El cine japonés se ha ganado desde hace años el respeto y admiración de los amantes occidentales de este arte, tanto las películas animadas como las que no lo son. En los últimos años, la cinematografía nipona ha tomado mayor fuerza en nuestro país, debido a los jóvenes interesados en su cultura pop. 


Así, para consentirlos, desde el veintiséis de agosto comenzó el primer Matsuri (festival) de cine japonés que nos trae películas animadas, otras live-action de terror, de drama y de folclore. Entre éstas, les hablaré particularmente de la de Ultraman X: la película y del director Satoshi Kon, del cual podremos ver en cines Millennium actress.

Estoy segura que, más que los jóvenes, los adultos de entre cuarenta y sesenta años tienen mejores recuerdos sobre Ultraman en la televisión abierta mexicana. Esta serie de género tokusatsu, que se emitió en los setenta en nuestro país, nos contaba la historia de un grupo de humanos, llamados la Patrulla Científica, que combatían contra monstruos espaciales que venían a la Tierra para hacer sus destrozos. 

Ultraman, un habitante del planeta Ultra, accidentalmente llega a la Tierra tras luchar contra un monstruo y, en el aterrizaje, mata accidentalmente a Hayata, uno de los integrantes de la Patrulla Científica. Ultraman lo revive y le ofrece que hagan equipo para derrotar a esos seres, claro que, para esto, ambos se vuelven uno solo.

Con karatazos y rayos que salían de sus manos, el factor de la comedia que otorgaban los humanos, y los fuegos artificiales y maquetas que daban la idea de una dimensión mayor a Ultraman y a los monstruos, la serie se volvió famosa en México y, por supuesto, en Japón, en gran medida a los efectos visuales que, de menos para la época, eran lo máximo. Tal fue el éxito que surgieron varias series al respecto.

Así que, si quieren recordar viejos momentos, en este Matsuri podremos ver en pantalla grande Ultraman X: la película, la cual se estrenó en marzo de este año en cines japoneses, y que se enfoca en contarnos la vida de acción del original Ultraman en su lucha contra monstruos en todo el espacio.

Si seguimos hablando de clásicos nipones, forzosamente hay que mencionar a Satoshi Kon, quien fuera director, guionista, mangaka, animador y diseñador. Él fue asistente de otro grande, Katsuhiro Otomo, pero fue a partir de que Kon dirigió la película animada Perfect Blue con la que se volvería famoso y trabajaría, posteriormente, en otras cintas y proyectos.

Las temáticas que a Kon le gustaba exprimir en sus largometrajes eran los conflictos psicológicos que terminaban por desequilibrar totalmente a sus personajes (Perfect Blue), lo que provocaba que éste no discerniera entre los límites de la realidad y el sueño (Paprika) y personajes y escenarios tan realistas y cercanos a nosotros que causan en el espectador un escalofrío, porque sabe que aquello que le ocurre al protagonista puede pasarnos a nosotros. 

Millennium Actress nos narra la historia que la gran actriz Fujiwara Chiyoko le cuenta, a su vez, a un director de cine, quien quiere hacer una cinta biográfica sobre ella. Entre lo que Chiyoko le dice al director, podemos notar las miles de facetas y caracterizaciones que ella ha tenido en toda su carrera. Así mismo, sus anécdotas se ven marcadas por dos cuestiones: su vida durante y después de la Segunda Guerra Mundial, y aquellas historias en que era envuelta en sus papeles, en que atraviesa por las diferentes épocas japonesas. En ambos aspectos, siempre el amor y la separación aparecen ante ella.

Una película que, definitivamente, merece mucho el ir a verla. Si bien Ultraman X tiene el lado nostálgico y la acción a la vieja usanza, que no por eso es mala, Millennium Actress es una cinta animada de arte que, con el desarrollo de personajes, los diseños y la propia historia que nos cuenta Chiyoko, tan humana e increíble por las posibilidades de vidas diferentes que le otorgó su vida profesional, y cómo ésta se conjuga con su realidad.

Tienen hasta el veintinueve de septiembre para disfrutar del Matsuri en distintos cines de diferentes estados. Aprovechen estos espacios que se han abierto a la cinematografía japonesa, si les gusta su cultura, definitivamente deben ir, y si no han visto nada de cintas niponas, dénse la oportunidad de ver el mundo bajo otra mirada.

viernes, 24 de junio de 2016

El héroe japonés: Samurai Flamenco y One-Punch Man

Estamos acostumbrados a que los superhéroes de los cómics se convierten en héroes a partir de traumas (generalmente a raíz de la muerte de los padres o de alguien cercano), o porque mediante un accidente obtuvieron poderes extraordinarios y con ellos quieren hacer algún bien. Sin embargo, algunos héroes de manga/anime tienen orígenes distintos, como sucede con Samurai Flamenco y One-Punch Man.


Samurai Flamenco (サムライフラメンコ) nos presenta a Hazama Masayoshi, un joven modelo, cuya verdadera pasión la encuentra en las series y películas de género tokusatsu (producciones de acción real en la que hay un uso intensivo de efectos especiales, donde monstruos aparecen como antagonistas, estilo Godzilla) y en los programas super sentai.

El super sentai ("Súper escuadrón") toma su nombre de escuadrones del Servicio Aéreo del Ejército Imperial Japonés durante la Segunda Guerra Mundial, y designa a series televisivas japonesas que suelen estar protagonizadas por un grupo, generalmente de cinco jóvenes, que se diferencian por trajes de distintos colores, y que pelean contra monstruos, alienígenas y demás, utilizando armas, su fuerza física y robots gigantes piloteados, llamados mechas, (estilo Power Rangers.)

Hazama creció con estas series, que lo motivaron a convertirse en un héroe, sentimiento que, seguro, muchos de nosotros tuvimos de niños. Así, mientras de día él se dedica a modelar, de noche se pone un traje, confeccionado por sí mismo, y bajo el nombre heroico de Samurai Flamenco recorre las calles e intenta hacer un cambio al decirle a la gente que tire la basura en el contenedor correcto o que los jóvenes no anden a altas horas de la noche en la calle. Cosas pequeñas que pueden crear un efecto grande.

Sin embargo, un incidente hará que él deje esas tareas para enfrentarse a peligros mayores, tales como los que Hazama ha visto millones de veces en los programas de superhéroes.

Samurai Flamenco nos regresa al origen del héroe japonés, es decir, los soldados de la Segunda Guerra, además presenta a un protagonista completamente humano y sin habilidades extraordinarias.
Que intenta cambiar su mundo con la simple idea de ayudar, guiado por las series que le inspiraron de niño, y ser un héroe de profesión y por convicción. Además, a lo largo de veintidós capítulos podemos ver aspectos característicos de los géneros tokusatsu y super sentai, como los enemigos, los trajes, los mechas, el trabajo en equipo y el proteger a los demás.

La otra historia es One-Punch Man (ワンパンマン Wanpanman). Ésta nos introduce a Saitama, un personaje bastante peculiar que rompe con el esquema tradicional de los superhéroes: un joven calvo, con ojos como de pescado  muerto, una apariencia física nada sorprendente, y su traje nada atractivo a la vista, construyen la imagen de un tipo cualquiera, indiferente y debilucho. 

Tres años antes del presente de la historia, Saitama era un desempleado que, al no encontrar trabajo ni nada que motivara su vida, se topa con un monstruo cangrejo que pretende asesinar a un niño que le había hecho una broma. 
Saitama se involucra, pese a sus deseos iniciales, y termina defendiendo al niño y derrotando al monstruo. Tras esto, recuerda su sueño de la niñez de ser un superhéroe, y decidido se pone a entrenar, lo que resulta en que quede calvo y obtenga una gran fuerza, capaz de derrotar a sus enemigos con un sólo golpe.

En One-Punch Man sucede lo contrario que en Samurai Flamenco, ya que hay una revaloración de la figura del héroe a la que estamos acostumbrados: el buen físico para pelear, un aspecto bonito, su gran interés y disposición por hacer las cosas que como héroe debe hacer. Saitama no tiene nada de esto, se nota desde que vemos a un protagonista calvo, generalmente este físico es dado a los villanos o a los compañeros del personaje principal. 

Saitama es la imagen que quiere romper con los estereotipos del héroe occidental al que estamos acostumbrados; él quiere ayudar, pero su apatía a pelear y terminar todo de un golpe le ha quitado la emoción a su trabajo; por otra parte, Hazama tiene bien enraizado los valores de los héroes que él admiraba de niño y, con ellos, él decide recorrer ese camino, pero a su manera.

En ambas series tenemos a dos jóvenes que, al inicio, no tienen gran habilidad, pero su ferviente deseo de ser más de lo que son en ese momento y ayudar a otros es lo que los convierte en seres extraordinarios, porque así lo quieren, y no por circunstancias que los llevan hasta ese camino. 

Quizá deberíamos aprender un poco de estos personajes que no temen actuar correctamente frente al resto de personas que ven lo malo como aceptable y conformista.