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viernes, 29 de diciembre de 2017

Cien años del anime: persiguiendo otros cien

Con motivo de la historia del anime, la Asociación de Animaciones Japonesas creó un proyecto llamado Anime 100, cuyo propósito es apoyar la creación del anime dentro de los siguientes cien años, o sea, 2117, para seguir dando al público contenido de calidad. Esto será apoyado por el Gobierno, y se aprovechará que Tokyo será sede de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en 2020 para que los extranjeros estén más cercanos a la cultura japonesa, a través de su animación.


El 2017, por tanto, significa el cumpleaños número cien del anime, tiempo en que éste ha seguido alimentándose de su origen y recreándose constantemente.

El primer anime nació en enero de 1917, siendo éste Dekobu Shingachou -Meian no Shippai, el cual estaba centrado en un teatro ubicado en Asakusa, Tokyo, donde se mostraban técnicas francesas implementadas al teatro japonés. Si bien, hay registros de éste, el Gran Incendio de Kanto, seis años después, destruyó las copias que existían. En el mismo año, pero en junio, tenemos el segundo anime de la historia, éste con pruebas visuales, llamado Namakura gatana. Si bien, hay otra animación de 1905, de nombre Katsudon shashin, que dura escasos segundos, los históricos y otakus consideran el año 1917 como el "año de nacimiento del anime".

Unos años después, pese al contexto de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias, el anime y el manga continuaron vivos, ya que estos medios distraían a los civiles japoneses de la situación bélica que vivían, además de exaltar los valores patrióticos, mediante la adaptación de cuentos folklóricos, tales como Momotaro.

A finales de la década de los cuarenta, un joven que estudiaba Medicina decidió cambiar su vida al dedicarse a crear manga. Su nombre, Osamu Tezuka, mejor conocido como "el dios del manga", ya que fue él quien revolucionó la estructura de las viñetas para dar una mayor complejidad y dinamismo, a la vez que estableció los diseños arquetípicos de los personajes y las bases para cada género que, actualmente, continúan vigentes. Astroboy y Kimba, el león blanco, fueron los primeros anime, del periodo de la posguerra, en ser emitidos con una historia continua en blanco y negro y a color, respectivamente, los cuales abren la era del anime moderno. 

Así, llegamos al nuevo milenio, en que la Globalización y el avance del internet permitieron que ajenos al país del Sol Naciente tuvieran contacto con sus animaciones, lo cual se ha convertido en un estilo de vida para muchos jóvenes alrededor del mundo.

Un video oficial fue lanzado hace unos días, en el cual podemos ver el origen del anime y su transcurso en el lapso de cien años, con las obras más representativas y que han aportado mucho a la industria por su contenido. De fondo, se escucha la canción "Tsubasa wo motsu mono - Not an angel, just a dreamer", la cual está interpretada por varios artistas de la talla de JAM Project, GRANRODEO, May´n, Wake Up, Girls! y Nakagawa Shoko.

Me parece que lo más importante de este video, de la celebración misma, es lo que representa cultural, histórica y socialmente para Japón, ya que es su forma de expresar una realidad, a veces, muy distinta a la que tenemos en Occidente, plegada de sus tradiciones y valores, de manera que alguien que nunca ha ido a Japón puede conocerlo perfectamente a través del anime, que nos hace extender nuestras alas, para ver más allá del horizonte limitado que vemos en tierra. Desde esa animación en 1917, muchas cosas han sucedido en el mundo, pero ni siquiera una gran guerra impidió que ésta dejara de emitirse. Si sobrevivió eso, puede hacerlo por otros cien años, ya que el arte, así como la vida, no son tan efímeras como se cree.

Les dejo el video oficial del Anime 100; observen el cambio de estilos de animación y de diseño. Podrán ver algunos de los anime/manga de los cuales ya he hablado en el blog, tales como Mazinger Z, Astroboy DigimonGankutsuou: El conde de MontecristoCowboy BebopFull Metal AlchemistBungou Stray DogsLos Caballeros del Zodiaco y Dragon Ball. ¿Cuántos pueden identificar?

domingo, 3 de julio de 2016

Mechas: salvando al universo

Creemos que los robots piloteados o los trajes que otorgan poderes a un humano es algo novedoso, como hemos visto con los Power Rangers, Iron Man o War Machine del universo Marvel, o con la película Titanes del Pacífico, del directo Guillermo del Toro. De hecho, el mexicano se basó en el género llamado mecha para crear sus titanes motorizados, en especial de Mazinger Z. Así que, por lo que ven, esto no es nada nuevo, y ahora les hablaré de algunas obras del manga/anime que modificaron la concepción de mecha.


La palabra mecha ("vehículo") denomina historias de manga/anime que tienen como eje un robot gigante, que muestra los avances tecnológicos de la humanidad, y que puede moverse naturalmente como el cuerpo humano. Éste es piloteado, generalmente, por una sola persona, mediante cables y controles de mando, así como por sensores neuronales y una relación entre el robot y el piloto.

Los robots de este estilo nacen de la mano de Go Nagai con su manga Mazinger Z (1972), el cual estoy segura que todos conocemos por su transmisión en televisión abierta hace décadas. Nagai, inspirado en los manga de robots anteriores como Ironman 28 (Tetsujin-28) y Astroboy, creó una historia tomando ciertas bases de estos, pero añadiendo algo diferente: robots gigantescos que fueran tripulados por jóvenes.

Así nació el emblemático Mazinger Z, construido por el Dr. Kabuto para enfrentar al ejército de robots autómatas que están bajo el mando del malvado Dr. Hell. El joven Kabuto, nieto del doctor, es el encargado de pilotear a Mazinger y de salvar al mundo mientras lidia con sus propios problemas juveniles.

Bajo estas ideas, Nagai construyó un esquema que seguirían posteriores series mecha, con temáticas y desarrollo diferentes de la historia, pero manteniendo su origen.

Entre otras series famosas tenemos dos grandes franquicias: Mobile Suit Gundam (1979) y Macross (1982). 

La primera está ubicada en el universo conocido como Universal Century, en que estalla una guerra entre el Principado de Zeon y la Federación de la Tierra. Ésta tiene una nueva arma, un robot llamado RX-78-2 Gundam, y con ella buscan detener la guerra. Amuro Ray encuentra al Gundam, lo neutraliza, y empieza a recoger a los sobrevivientes de un ataque de los zeonitas, mientras busca cómo detenerlos.

A diferencia de Mazinger Z en que el protagonista pelea por capítulo para detener a los malvados, en Gundam el uso de los mecha va más allá, ya que son vistos como armas de guerra y, por lo general, sus pilotos son soldados.

En Macross, nos ubicamos en el año 1999, cuando una nave bélica alienígena cae sobre sobre una isla en el Océano Pacífico. La coalición internacional de países restaura la nave para bautizarla SDF-1 Macross.

Sin embargo, cuando el proyecto finaliza, los Zentradi, raza alienígena gigante de aspecto humano y de actitud violenta, llegan a la Tierra. En un momento de expectación, la nave Macross ataca a los intrusos, comenzando así una guerra. 

Macross tiene como característica la importancia de mantener la esperanza y la música como medio de unir a seres tan diferentes para olvidar algo tan cruel como lo es la guerra. 

Ya que hay varias series mecha que mencionar, termino esta entrada con otro grande expositor del género: Neon Genesis Evangelion, de 1995.

Nos encontramos en el 2015, en un mundo post-apocalíptico, en que más de la mitad de la humanidad ha muerto debido a un hecho conocido como el "segundo impacto", es decir, el desastre que causó el contacto de los ángeles con la Tierra. La ONU, para evitar otro cataclismo, encomienda a NERV, una organización paramilitar, el crear unos robots biomecánicos para defender lo poco que queda de la humanidad y de la vida en la Tierra, llamados Evangelion.

Evangelion mezcla tanto la guerra entre humanos y ángeles, como el desarrollo psicológico de los jóvenes pilotos, quienes lidian a través de la serie con sus traumas. Además, es la primera que toca el tema de mecha biológicos y más estilizados, y el manejo de los robots a través de ondas neuronales del piloto, cuestión que después sería retomada en otras series, pero sin alcanzar la profundidad psicológica, religiosa y filosófica que contiene esta obra.

Como ven, esta idea de robots peleando no es nada nuevo, y seguro ya no ven a los robots piloteados como simples máquinas que matan monstruos. Hay todo un universo en el género mecha que debe ser explorado y que ofrece algo único al género.